¿Siguen las fricciones de Sheinbaum con La Jornada? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Su encabezado de ocho columnas en la versión digital resalta el revés de la Corte Suprema de EE. UU. contra México
Como si los millonarios convenios de publicidad se hubieran cancelado, o como si —a pesar de ellos— existiera una extraña decisión editorial de confrontar la narrativa del gobierno de Claudia Sheinbaum —¿embestida dirigida desde Palenque?—, el diario La Jornada, otrora aliado incondicional de la 4T vuelve a destacar, en su nota principal digital, una noticia claramente negativa para el nuevo gobierno:
La Corte Suprema de Estados Unidos desestimó por unanimidad la demanda de 10 mil millones de dólares presentada por el gobierno mexicano contra ocho fabricantes de armas, incluidos Smith & Wesson e Interstate Arms. México los acusaba de facilitar el tráfico ilegal de armamento hacia su territorio, alimentando así la violencia del narcotráfico.
Apenas el pasado 15 de mayo, la presidenta de México descalificó la portada de La Jornada, acusándola de difundir una fotografía falsa. En ella, se afirmaba que agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), específicamente de su Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), participaron en un operativo para desmantelar narcolaboratorios en Sinaloa.
Este gravísimo reproche presidencial contra el exquisitamente profesional diario mexicano ha coincidido con una serie de notas sobre amagos de huelgas ilegales y embestidas contra el periódico que dirige, nada menos, la comadre de Andrés Manuel López Obrador, Carmen Lira.
Como si se quisiera poner el dedo en la llaga, la nota destacada hoy enfatiza que la jueza Elena Kagan argumentó que la querella no planteaba de forma plausible que las empresas hubieran instigado directamente la venta ilegal de armas a grupos criminales, y concluye que la sentencia cierra, al menos por esta vía judicial, el intento del gobierno mexicano por responsabilizar a la industria armamentista estadounidense por su papel indirecto en la violencia que azota al país.
Por si quedaran dudas sobre este aparente rompimiento entre el diario más representativo y profesional de la izquierda mexicana y el gobierno de Sheinbaum, el columnista Julio Hernández López publica hoy en su célebre Astillero una severa crítica a la estrategia mexicana frente a las presiones crecientes del trumpismo. Señala que México ha adoptado una postura reactiva, elusiva y excesivamente concesiva ante un cúmulo de provocaciones —aranceles, amenazas a las remesas, y ahora una ofensiva en clave de narcopolítica— orquestadas por actores como Marco Rubio y embajadores con historial intervencionista.
La línea seguida por Sheinbaum, centrada en evitar la confrontación y privilegiar el diálogo, es descrita como una respuesta fría, pero débil, con resultados apenas “menos peores”. Las delegaciones enviadas a negociar son calificadas por don Julio como improvisadas y sin peso político real, mientras Washington intensifica su ofensiva mediante medidas como el retiro de visas y acciones desestabilizadoras. El periodista advierte que el gobierno mexicano parece siempre a la defensiva, sin iniciativa ni estrategia clara ante un adversario abiertamente hostil.
Antes de dejar la presidencia, Andrés Manuel López Obrador juró que se retiraría por completo de la vida política y que solo regresaría en caso de un grave conflicto internacional que justificara su retorno. Ahora que el Señor de Palenque ha logrado suplantar a casi todo el Poder Judicial con incondicionales, y que cuenta con un Legislativo bajo control —que ya ha dado muestras inequívocas de independencia respecto a la presidenta Sheinbaum—, ¿habrá encomendado a su comadre trabajar en la construcción de una narrativa que, con la todavía lejana pero ya previsible revocación de mandato en el horizonte, allane su regreso… a través de Andy?
Que conste: se trata de una inocente pregunta.