jueves, noviembre 21

Se destapa Ana Lilia Herrera en Latinus. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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De inmediato las plumas proclives al “dedazo” se movilizan para desacreditarla

A unos días de que la candidata oficiosa de Alfredo del Mazo, Alejandra del Moral, se destapara en El Universal como aspirante a la gubernatura del Estado de México por el PRI, en improbable alianza electoral con PAN y PRD, Ana Lilia Herrera Anzaldo decidió hacer lo propio pero en Latinus, en entrevista con María Scherer, justo a unas horas de que el Presidente López Obrador señalara a su correligionaria y amiga, Carolina Viggiano, candidata priista en Hidalgo, como “poseedora de una mente de hacendada esclavista” por haber sugerido, según el mandatario, que se eliminara la pensión de adultos mayores.

De inmediato las plumas del priismo local oficial salieron al ataque, asociando la entrevista “a modo, en el medio de Roberto Madrazo” con la reunión de Ana Lilia con Jorge Hank, por su cumpleaños, acusándola de eliminar de un plumazo a los gallitos de Alejandro Moreno (Iriarte y Aguilar) y, finalmente, sugiriendo que “en Madrid” deberían tomar nota de que Ana Lilia se presenta, así, “como la única opción ajena al delmacismo con aspiraciones futuristas”.

En realidad, hay que escuchar la entrevista completa donde Ana Lilia -con cierto nerviosismo derivado de que, por primera vez, se brinca las trancas de la férrea disciplina priista, pero compensado por su vastísima experiencia en casi cualquier cargo relevante que pueda uno imaginar, siempre desempeñado con escrupuloso profesionalismo-, presenta un razonable esquema de viabilidad exitosa de su causa, basado en datos de su desempeño y en el probable contexto prospectivo de la elección, sobre todo por su antecedente en la Secretaría de Educación mexiquense, ante la eventualidad de que tenga que enfrentar a Delfina Gómez y su relación con el magisterio.

Conviene poner en claro a estas alturas de mi argumentación que mi amistad personal con Ana Lilia se deterioró gravemente -quizá por instrucciones del “Chapitas Eruviel“, o “El Señor Ávila“, como se quiera identificar al nefasto ex gobernador que constituye el único hándicap que arrastrar la diputada en su ambiciosa aspiración, por lo que hace años que no tengo contacto con ella-, lo que de ninguna manera constituye un obstáculo para que yo valore su brillante carrera, mucho más rica y congruente que la de cualquiera de los otros aspirantes que se mencionan.

Dicho lo anterior, resulta cada vez más obvio, aunque los analistas a sueldo no lo quieran ver, que la próxima elección mexiquense -y probablemente la presidencial- se irá decantando poco a poco en contra del dedazo, y que triunfará el candidato, candidata o candidate que sea capaz de desafiar ese lastre que todavía -y contra toda lógica democrática- arrastra nuestro sistema político y envenena a todos los partidos, incluido Morena.

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