Reta AMLO a la UNAM a presentar demanda judicial contra su amiga Yasmín Esquivel
En ese terreno, quien decidiría si se le cancela el título por plagio, sería Alejandro Gertz Manero
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
El Presidente López Obrador presionó esta mañana a la Universidad Nacional Autónoma de México -y retó al rector Graue– a presentar una demanda judicial para que sea la Fiscalía General de la República la que decida si se le cancela el título de abogada a su amiga, la increíblemente todavía ministra de la Suprema Corte de Justicia, Yasmín Esquivel, luego del escandaloso fraude en el que se ha visto envuelta al descubrir que no solo plagió su tesis de licenciatura, sino que encima ni siquiera se tomó la molestia de hacerlo en forma discreta, sino que de plano copió y pegó otra tesis que se había publicado un año antes, dictamen condenatorio que ya emitió la propia universidad.
López Obrador presentó una breve entrevista realizada en el oficialista canal 14, con Eduardo Andrade, a quien presenta el Presidente como “abogado general de la UNAM” cuando efectivamente lo fue, pero de 1985 a 1987 (ni siquiera le informaron bien al mandatario), charla en la que el también locutor deportivo sentencia que ni la UNAM ni la SEP tienen facultades para anular un título universitario, puesto que la tesis, aunque haya sido plagiada, como sin lugar a dudas lo fue, no es el único elemento que sustenta la titulación, pues hay componentes adicionales como el examen profesional, el que aprobó la falsa abogada y ministra con suficiencia, por lo que, en opinión de este “jurista” la decisión de cancelar su titulación debe ser tomada por autoridades judiciales.
AMLO -como su defendida- ni siquiera se toma la molestia de la discreción al pugnar para que el caso de la esposa de su constructor favorito sea llevado al terreno judicial, donde casi seguramente sería absuelta porque ya sabemos cómo se las gasta el florero Gertz Manero y porque difícilmente un juez se va a atrever a consumar la defenestración de una ministra de la Tremenda Corte y encima amiga personal del Presidente de la República.
Con una actitud francamente decepcionante para un mandatario que se las da de gladiador anticorrupción y que debería mínimamente exigir la renuncia de Yasmín Esquivel, López habla del “cinismo” de algunos periodistas que invocan el asunto de la autoridad moral en este caso, pero ellos se dedicaron a respaldar el saqueo y ahora a atacar a la ministra y, por lo tanto, a él mismo y a la 4té.
Menciona como ejemplos de ese periodismo conservador y beligerante a Denise Dresser, a Carmen Aristegui y a Ciro, a secas. Casi podría jurar que no aporta los apellidos de Gómez Leyva porque debe haber recordado en ese momento que el, efectivamente, más destacado vocero de la nueva derecha mexicana acaba de ser víctima de un extraño atentado contra su vida, del cual salió físicamente ileso (no sabemos si mentalmente también) gracias al alto grado de blindaje de su camioneta, privilegio salvador del que no gozan la mayoría de los comunicadores.
Llama la atención en este vergonzoso pasaje de un mandatario mexicano defendiendo, con fingida pasión, lo absolutamente indefendible, la sonrisa complaciente del secretario de Gobernación y muy probablemente relevo presidencial, Adán Augusto López, avalando caprichos insostenibles de un mandatario en franca decadencia moral, espiritual y política.