El único partido que no violó el espíritu de la ley en precampaña fue Movimiento Ciudadano

Entramos a la parte más interesante de la encarnizada lucha por el poder en el Estado de México (en Coahuila ya está claramente cedida la plaza al PRI, para garantizar su precaria sobrevivencia), lo que las creativas autoridades electorales llaman “periodo de intercampaña“, cuando las candidatas podrán usar a los medios de comunicación para, sin la histeria del campeonato estatal del acarreo en que convirtieron la “precampaña“, puedan hablar con tranquilidad, es decir sin griteríos ni ronqueras, de sus ideas, aunque sin plasmar todavía propuestas específicas de gobierno.

Es la etapa reflexiva del proselitismo político inteligente, cuando los buenos asesores hacen a un lado a los mercachifles de la basura propagandística plástica, plagada de frasecillas fútiles, pretendidamente “valientes”, para dar paso a la materia gris, al pensamiento en profundidad y la rectificación, en caso necesario. Es como el centro del huracán, calmo y tranquilo antes de que regrese la vorágine mercadotécnica arrasadora de la campaña.

La primera lección que nos dejó la precampaña es que solo Movimiento Ciudadano cumplió con las restricciones que impone el espíritu de la ley electoral: no hacer proselitismo cuando haya un candidato o candidata único (a), y dirigirse en exclusiva a la militancia de sus respectivos partidos, ¡no al electorado en general!

¿Habrá sanción de las autoridades? No lo creo. Cuando las violaciones a la ley son tan masivas y evidentes, prefieren, como en los linchamientos, hacerse de la vista gorda.

El segundo punto que dejó claro esta precampaña es que el Tolucazgo (Mauricio Valdés dixit), en simbiosis promiscua con el panperredismo y el Atlacomulcazgo, ha sido desplazado por un nuevo centro de poder estatal: el de Texcoco, hecho reconocido por la propia candidata Del Moral que, de nueva cuenta y a pesar de haber sido impuesta no por consulta a la base, o por encuesta alguna, sino por franco e inequívoco dedazo del gobernador Del Mazo, cerró su precampaña con “la toma” de la tierra de Silverio Pérez, con la inusitada ausencia de quien la ungió, pero ha terminado abandonándola.

Los lambiscones que interpretan ese hecho incontrovertible como “una actitud civilizada y neutral del mandatario” no dijeron nada sobre la barbarie de arrastrar, con engaños, a chicos de preparatoria a un acto imperdonable de acarreo en Metepec.

“Laissez faire, laissez passer”

Quien todavía dude que don Alfredo III ha cedido la plaza, al menos por lo que toca a su papel como “primer priista de la entidad”, pero dejando hacer de las suyas a las huestes de Alito, y de un priismo mexiquense en franca extinción, vive todavía la idílica borrachera del Jurassic Park.

¿De qué otro modo se explica que doña Delfina vaya a sentarse con Ciro Gómez Leyva a confesarle que su relación con Del Mazo ha estado siempre a punto de turrón y que, por lo que a ella respecta, no lo perseguiría judicialmente en caso de ganar la gubernatura?

La tercera lección que, a mi modesto entender, nos deja la precampaña, es que Dante Delgado podría estar negociando con los verdaderos mandamases del mítico Grupo Atlacomulco, amarrarle la boca a Juan Zepeda o de plano imponer otro (a) candidato (a) que no le haga mosca a doña Delfina, para que el canciller Marcelo Ebrard (ya Monreal aceptó jugarla con Morena), que empieza a soltarse el pelo a lo grande como precandidato (y si no que le pregunten a la pobre Martha Bárcena) compita en el 24 por MC, sin el estigma de haber “jugado las contras” en la antesala del Edomex.

O peor aún, ¿qué tal si MC convence a Ana Lilia Herrera de darle a Del Mazo una sopa de su propio chocolate cuando, en el 17, Zepeda (con el PRD), le esquiroleó una millonada de votos a doña Delfina?

Ya veremos. Por lo pronto, presumiblemente nuestro buen amigo Daniel Serrano acaba de enviar un mensaje delicado al equipo cercano a la candidata texcocana: que los alcaldes Armando Navarrete, de Nicolás Romero; Fernando Vilchis, de Ecatepec; y Adolfo Cerqueda, de Neza, entre otros(as), están siendo relegados por Horacio Duarte ¿y a punto de una rebelión?