Dice AMLO que su movimiento “va requetebién” ahora que hay elecciones en el Edomex
Menciona la encuesta de El Universal que apuntala a Delfina y se arrepiente de exponer la de Reforma: “nos pueden sancionar”
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
El hecho de que el Presidente de México haya ordenado a su mayoría legislativa imponer como “delito grave” las violaciones a las leyes electorales que, antes, se suscitaban como algo perfectamente natural, constituye -en el contexto de su permanente campaña desde Palacio Nacional contra sus “adversarios políticos”- una gran hipocresía. Y más grande aun cuando proviene, justamente, del autor de esa iniciativa, quien acusa casi a diario de hipócritas a los “conservadores”, lo que nos hizo creer a muchos mexicanos que se acabaría por fin el uso de recursos públicos para campañas electorales, hábitos del priismo que no solo se han mantenido en la 4té, sino que se han perfeccionado.
Para quienes -desde el inicio de las precampañas en el Edomex y Coahuila– manejamos la hipótesis del acuerdo de cesión de las plazas, de Coahuila para el PRI, y del Edomex para Morena, resulta muy sintomático que el Presidente mencionara hoy, en su conferencia de prensa, la encuesta de uno de los diarios capitalinos aborrecidos por él, El Universal, que justamente da la misma diferencia en las preferencias electorales de esas dos entidades, 18% para Delfina ayer, y hoy 18% para Manolo Jiménez (el candidato priista en Coahuila) por encima de sus respectivos contrincantes.
Quien se trague la farsa montada por Mario Delgado para dividir el voto morenista en Coahuila y abrirle una autopista a la campaña no del morenismo, como sería su obligación, sino al moreirismo, resulta tan ingenuo como quien, por un puñado de dólares (Sergio Leone dixit), se diga públicamente convencido de que nadie le ordenó a don Alfredo del Mazo Tercero engarrotarse por completo a cambio de impunidad para él y muchos de sus familiares (el primo incluido) y amigos del casi extinto Grupo Atlacomulco.
Sí, don Andrés es un mago de la propaganda, ex priista que aprendió las mañas más creativas de la vieja usanza tricolor para llevarlas al nivel de maestría como Presidente. Se burla de la autoridad electoral a la que permitió sobrevivir, después de mantenerla en jaque durante largo tiempo, castrándola por completo, hasta el extremo de practicar la delincuencia electoral, a diario, en el escenario montado de una “conferencia de prensa” que, en realidad, es un monumento a la desviación de recursos públicos para aplastar a los opositores, intelectuales y periodistas que no tomen partido en favor de su movimiento, convencido de las “incuestionables bondades” del mismo, como han hecho todos y cada uno de los dictadores en la historia.