Prioriza AMLO la unidad y defiende a Del Mazo. Le molesta que se diga que “cedió la plaza”

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

El Presidente López Obrador convocó a la nomenklatura morenista, es decir, a las corcholatas y gobernadores de ese partido, dirigentes y en especial a la maestra Delfina Gómez (la próxima mujer más poderosa del país), en un restaurante del centro histórico de la Ciudad de México para cenar y, a la salida, dijo que explicaría por la mañana el objetivo de la reunión.

Cuestionado al respecto en la conferencia de prensa, dijo que fue para festejar a la maestra Delfina y convocar a la unidad, lo que revela la preocupación del mandatario por las iniciativas de Marcelo Ebrard para cambiar las formas de la selección del candidato sucesor. Otro asunto que parece molestar mucho a don Andrés es el relacionado con las crecientes muestras de repudio a Alfredo del Mazo y las cada vez más frecuentes acusaciones de que “cedió la plaza”. López Obrador descalifica esa expresión con una sonrisa desaprobatoria, pero sin brindar mayores argumentos.

El Presidente se negó rotundamente a revelar más detalles del convivio, lo que deja la puerta abierta a toda clase de especulaciones relacionadas con el 2024, cuando se perfila un eventual rompimiento del canciller Ebrard, para dar paso a lo que podría representar la auténtica oposición, pues está más que visto y demostrado (por la aplanadora guinda en las gubernaturas en disputa) que los partidos tradicionales, ahora opositores en racha perdedora, no serán capaces de hacer frente al arrasador obradorismo en la sucesión presidencial.

Los felices resultados en el Estado de México fortalecen mucho las posibilidades de Claudia Sheinbaum -encargada por el propio AMLO para el manejo de la importante plaza- lo que muy probablemente arroje a Marcelo Ebrard a los brazos de una coalición MC-Partido Verde, como lo hemos venido planteando aquí reiteradamente, lo que atraería a amplios sectores de la clase media -aspiracionista o no- francamente despreciados por don Andrés (en uno de los más graves errores de su gobierno, junto con la rampante militarización), para conformar, ahora sí, un potente proyecto opositor que de pie al nuevo bipartidismo mexicano, donde PRI, PAN y PRD pasarán a formar parte de la constelación de minipartidos satélite del creciente e imparable MC. Para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo.