Inédito: Noroña confiesa que la cagó. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

El apóstol de la Reforma Judicial descubre tardíamente que ¡hay narco-defensores entre los candidatos!
Gerardo Fernández Noroña, el mismo que aplaudió y promovió con entusiasmo mesiánico la llamada Reforma Judicial, ahora se asoma al abismo que ayudó a cavar: entre los más de 3 mil aspirantes a cargos del Poder Judicial hay —oh, sorpresa— perfiles vinculados al crimen organizado, defensores de narcotraficantes, jueces complacientes y demás fauna que haría sonrojar al mismísimo “Chapo”. Exactamente lo que analistas bolivianos habían reportado con detalle sobre el resultado final de la reforma “democrática” al Poder Judicial en su país, y que llevan años tratando de revertir.
Con una mezcla de cinismo y tardía preocupación, el senador morenista admite que se colaron personajes “sin probidad” —como si el sistema judicial mexicano fuese una tertulia de almas puras hasta su llegada al Senado—, y llama a retirarlos del proceso. Pero claro, sin impugnar nada, solo lanzando advertencias con tono de tribuno iluminado que advierte los riesgos del incendio que él mismo ayudó a propagar.
Noroña se escandaliza porque los perfiles cuestionables no fueron filtrados a tiempo, como si el blindaje de la selección no fuera responsabilidad, precisamente, de los legisladores —incluido él— que impulsaron esta reforma sin más control que su propio entusiasmo ideológico. Ahora, al ver que se cuelan candidatos que defienden capos o liberan narcos, se hace el sorprendido. El mismo que hablaba de “justicia popular” se rasga las vestiduras porque el sistema —diseñado a su gusto— resulta ser un filtro por donde se cuelan los de siempre.
Y mientras él lanza advertencias de último minuto para salvar el pellejo político, Guadalupe Taddei, presidenta del INE, le recuerda con la calma de una maestra de primaria que esto no va de caprichos ni discursos de pánico tardío: “no es lo que uno prefiera”, dice, sino lo que la norma establece. Una bofetada elegante a quien pretende ahora lavarse las manos como Poncio Pilatos después de aprobar la lista de candidatos.
Porque no hay que olvidar: Noroña no es un observador externo, es protagonista central de esta puesta en escena. Y ahora que el teatro huele a podrido, finge distancia y responsabilidad.
Eso sí, entre línea y línea, sigue vendiendo humo con su otra cruzada: la reforma contra los spots gringos. Porque en el fondo, para Noroña todo esto no es más que otro capítulo de su telenovela favorita: el mundo contra la 4T.
Pero lo cierto es que, si hay defensores de narcos entre los candidatos, si hay jueces con historial de favores al crimen organizado y si ahora se habla de “limpiar” listas que él mismo ayudó a confeccionar, la única probidad en riesgo es la suya.