martes, diciembre 3

Yeidckol Polevnsky y el Draft de la política. ¿Batman y Rabin?: Jesús López Segura / La Versión No Oficial

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“Nobleza obliga”: ¡Que renuncie a la dirección de Morena!

Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, se queja amargamente en cuanto medio de comunicación se le pone a modo y dice estar profundamente decepcionada de Cuauhtémoc Blanco porque éste, a través de su representante, “un españolete que no sabe nada de política, sólo de futbol” -y de cuyo nombre ni siquiera se acuerda (José Manuel Sáenz)- está comprando a los diputados de Morena en Morelos para que se pasen al Partido Encuentro Social.

Recuerda Yeidckol -entre otras indiscreciones- que ella platicó con el precandidato mejor posicionado de Morena para gobernador, en su momento, Rabindranath Salazar, para que declinara en favor de Blanco, pero que éste ha sido incapaz de entender ese sacrificio y está operando como si estuviera todavía en el mundo del futbol, donde se venden y compran jugadores, “pues no entiende que la política es otra cosa, al menos en Morena”.

Expresa Yeidckol, con un coraje entripado, que “nobleza obliga y que Blanco no está demostrando ninguna nobleza”, reiterando en Despierta, con Carlos Loret y en Por la Mañana, con Ciro Gómez Leyva, lo que ya había mencionado en nota publicada por El Universal y otros medios.

Está encabritada doña Yeidckol porque no le darán un hueso a “Rabin” -como le dice cariñosamente a Rabindranath Salazar-, a la medida de sus sacrificio: “Yo hubiera esperado del futbolista que le hubiera dicho a Rabin: aquí está el estado ¿qué quiere? Sé el secretario de Gobierno, ten la mitad de los cargos. La mitad para Morena, la otra para nosotros, y gobernamos de forma conjunta. Tristemente esto no ha sucedido”, declaraba a la prensa, el fin de semana.

Yeidckol admite con Loret que no conoce a Cuauhtémoc Blanco.

“¡Pero si su partido lo postuló! ¿Cómo es posible que no lo conozca?”, le revira Loret.

“Bueno, es que en la campaña siempre nos hizo a un lado”, responde reconociendo su absoluta incompetencia y falta de liderazgo. Luego admite que sus diputados se dejan comprar y la emprende no contra ellos, por traidores, sino contra “el españolete ése que no sabe de política”, pero que le está comiendo el mandado.

Si Yeidckol hubiera manejado este delicado asunto en corto, seguramente sus asesores, o su jefe, Andrés Manuel López Obrador, le hubieran dicho que no hiciera olas, que lavara la ropa sucia en casa. Pero ella está haciendo un escándalo nacional en el que lo único que queda perfectamente claro es que, en primer lugar, obligó a “Rabin”, el mejor precandidato de Morena, un correligionario comprometido con los ideales de ese partido, a declinar en favor de un candidato al que no conoce y que termina traicionándola a ella, a su partido y al movimiento al que nos adherimos decenas de millones de mexicanos.

En segundo lugar, Yeidckol exhibe que tampoco conoce, desconfía de los diputados electos de Morena en Morelos y encima los desprecia hasta el punto de balconearlos como corruptos que se dejan sobornar por José Manuel Sáenz. Pero luego afirma que son ellos, el Cuau y su representante, los que “no saben de política”.

Remata la ex empresaria con unas declaraciones insólitas: Aparte de que “nos ha ido quitado el españolete éste a nuestros diputados, estoy absolutamente molesta con el futbolista, porque además hizo campaña solamente poniendo sus logos. Se los comenté a los del PT, porque su diputada Valentina sale a decir idioteces porque las declara, y lo comento aquí porque son mis compañeros y nos quejamos de lo mismo” dijo, mordiéndose la lengua y expuesta a que le respondan que “quien duerme con niños, amanece meado”.

Finalmente, les advierte que “aquellos que decidan irse de independientes lo pueden hacer, conscientes de que no tendrán recursos, pues los congresos operan como grupos parlamentarios… Nadie que sea independiente merece nada, eso me lo dijo la presidenta del Tribunal Electoral [del Poder Judicial de la Federación], Janine Otálora. Eso me dijo ella: ningún independiente merece una comisión, porque en el Congreso se trata de grupos parlamentarios, entonces si alguien se quiere ir de independiente que sepa que sí, pero va a estar solo, no va a tener nada, si quieren andarle haciendo al papelito, que sepan a qué le tiran”.

O sea que critica que los diputados de Morena en Morelos se vayan con el mejor postor pero ella misma expone argumentos basados en una suerte nada disimulada de soborno, de chantaje, de extorsión.

Mario Delgado, por su parte, ha declarado que los gobernadores de Sonora, Hidalgo, Veracruz, Morelos y Puebla tratan de corromper y comprar a “billetazos” a diputados locales del partido de López Obrador, para que se opongan a las reformas en materia de austeridad en sus entidades.

Quizá el problema de Morena es que en varios estados sacrificaron a sus verdaderos militantes, a sus cuadros convencidos de la necesidad de un cambio, para aliarse con políticos oportunistas que vieron la debacle de sus viejos partidos y decidieron cambiar de barco. Quizá Morena va a empezar a pagar el costo de alianzas oportunistas que Yeidckol, mordiéndose la lengua, critica con lloriqueos francamente patéticos ante los medios de comunicación.

A final de cuentas, Yeidckol Polevnsky está poniendo en claro ante el mundo que, al menos en Morelos, ella sacrificó a su mejor cuadro y a los ciudadanos de ese estado, para terminar imponiendo a un gobernador que “no sabe de política y carece por completo de nobleza personal”, así como a un grupo de diputados que se dejan corromper a las primeras de cambio y a los que hay que convencer no con principios, sino amenazándolos con perder sus jugosas prebendas. Ese es el resultado del oportunismo electorero de Polevnsky.

Alejandro Moreno Cárdenas un priista que desea dirigir a su partido, defendía con las uñas el proyecto de Tren Maya de López Obrador resistiendo cuestionamientos duros de los conductores de Despierta, programa de Televisa que se opone a la cuarta transformación del país de manera velada, aunque a veces, de forma completamente descarada como lo hace Enrique Campos, uno de los voceros más rabiosos de la nueva derecha mexicana: “¿Está financieramente bien respaldado el proyecto, o es un mero capricho del próximo presidente?”

Con enemigos así, ¿para qué quiere López Obrador “amigos” como Yeidckol Polevnsky?

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