Subastan los verdes sus curules a cambio de prebendas para Manuel Velasco: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial
El güero que derrotó a los morenos: Ricardo Raphael / Política Zoom
Dice Ricardo Raphael en su columna Política Zoom, de El Universal, que fue “monumental la arbitrariedad que el Senado estuvo dispuesto a cometer para cumplirle al Güero Manuel Velasco Coello el capricho de ser, a la vez, senador de la República y gobernador en Chiapas“.
Afirma el columnista que se violaron el artículo 125 de la Carta Magna: “ningún individuo podrá desempeñar a la vez dos cargos federales de elección popular…” y el 116, “propuesto en 1917 por Venustiano Carranza, el cual dice que los gobernadores de las entidades, cuyo origen sea la elección popular, ordinaria o extraordinaria, en ningún caso y por ningún motivo pueden volver a ocupar ese cargo, ni aún con carácter de interinos, provisionales, sustitutos o encargados de despacho”…
Otro “güero“, Arturo Escobar y Vega, echó de cabeza al “moreno” Mario Delgado, quien había afirmado que los 5 diputados verdes que se pasaron a Morena lo hicieron a condición de sumarse a su plataforma y por motu propio. Escobar lo contradijo afirmando que no, que el Partido Verde cedió esa quinteta a cambio de que la mayoría aplastante de Morena respalde iniciativas en favor de la niñez, específicamente la afectada por cáncer.
Para todo el mundo fue obvio que Morena negoció con el Verde (y con el PT otras 4 curules) para tener la mayoría absoluta que les permitiría dejar fuera de la Junta de Coordinación Política a los panistas, segunda fuerza en la Cámara de Diputados.
Este tipo de concertacesiones a las que nos tenían acostumbradísimos el Verde, el PAN y el PRI, ocasionan ahora un escándalo en medios afines a esas fuerzas políticas en extinción, que declaran “alarmados” -a través de sus voceros televisivos- que estamos ante “la restauración del viejo orden”. Incluso Guillermo Valdés estima con Azucena Uresti en Milenio TV que la cuarta transformación nacional duró sólo unas cuantas horas…
Miguel Ángel Osorio, del PRI, y Ricardo Monreal, de Morena, argumentaron que “nadie tiene derecho a negarle a un senador separarse del cargo (sic)”, cita el columnista Raphael y continúa: “Porque la aprobación de la solicitud de Velasco iba a hacer posible que el güero sumara dos cargos a la vez, y porque está también prohibido que sea gobernador sustituto, es que la Mesa Directiva del Senado hizo lo correcto cuando se opuso, en una primera votación, a los deseos del ecologista más poderoso del país”.
“Al museo de la impunidad mexicana le faltaba esta joya: como durante la primera votación no salieron las cosas como Velasco quería, entonces el güero ingresó por segunda vez la misma solicitud de licencia, y como el tema era urgentísimo para la República, sus colegas paleros decidieron introducirlo otra vez en el mismo orden del día, por la puerta de la cocina —acaso del clóset o de la coladera— y así lograron revertir la prudencia legislativa de la resolución anterior”.
Don Ricardo derrama justa indignación en su columna y apela a la Constitución para descalificar esa vieja práctica -que no debería reproducirse en el “nuevo régimen”- de andar negociando curules y espacios de poder con los partidos pequeños, cuya única razón de ser es la de transar con el mejor postor para obtener prebendas y privilegios.
Otros analistas como Valdés y la propia Uresti, parecen estar con la espada desenvainada y pendientes de la menor contradicción en que puedan caer las nuevas mayorías políticas para echarles en cara su falta de congruencia, su desapego a los principios que postularon para desplazar al prianperredismo del poder. Andan a la caza para justificar su larga trayectoria alineados con el poder corrupto que los encumbró.
“En Chiapas las cosas están que arden porque el güero, como la mayoría de los güeros en nuestro país, hace lo que se le da la gana; y también porque los morenos, lamentablemente, se volvieron sus vergonzosos cómplices”, concluye Raphael. Los miembros de Morena deberían estar muy atentos a este tipo de análisis, porque ya se los advirtió el propio López Obrador, al exhortarlos a que no se dejen llevar por las tentaciones del poder.
Hoy, los senadores de Morena cayeron, a no dudarlo, en los viejos moldes de un pragmatismo alejado de los principios “sacrosantos”, quizá porque necesitaban un puñado de legisladores para controlar por completo el Senado de la República. Qué bueno que lo lograron porque el mandato del pueblo fue que transformaran el país en un rumbo opuesto al de los neoliberales que nos han hundido en el terror y la miseria.
Pero transformar el viejo sistema con los mismos métodos que lo consolidaron, en el borde de la ley, es un juego peligroso que debería abandonarse tan pronto se tomen todos los hilos del poder. ¿No cree usted?
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