Defienden Azucena Uresti y Ciro Gómez Leyva a terrorista de Interjet. Por Jesús López Segura / LA VERSIÓN NO OFICIAL
Siguen exactamente el mismo guion. ¿Quién les da línea?
Lo más sorprendente del escándalo provocado por una piloto de la línea aérea Interjet, Ximena García, que escribió en Facebook: “Debería de caer una bomba en el zócalo…. Nos harían un favor a todos”, refiriéndose inequívocamente al zócalo lleno de admiradores del Presidente López Obrador durante el reciente y exitoso “grito de Independencia“, no fue tanto la furibunda reacción que provocó en muchos de los seguidores del obradorismo, justamente indignados por ese mensaje de odio, sino el hecho de que algunos conductores de televisión como Ciro Gómez Leyva (de Imagen TV) y Azucena Uresti (de Milenio), ¡la defendieran!
Azucena Uresti dijo que Lilly Téllez “hacía leña del árbol caído” por pedir a Interjet una respuesta más firme ante el peligroso mensaje francamente terrorista, de una de sus pilotos, y aseguró que las indignadas respuestas que se ganó a pulso, estaban plagadas de “hipocresía y doble moral”, al recordar que alguna vez un twittero, Rafael Chacón Berumen, pidió mandarle una bomba molotov al Presidente Peña, o al criticar que Lilly Téllez “no dijo nada ante los comentarios misóginos del Dr. Mireles“, como si ambos eventos tuvieran alguna relación.
Por su parte, Gómez Leyva (quien ligó exactamente la misma información del twittero Chacón y del Dr. Mireles) fue más explícito al trivializar el comentario de la piloto como una simple broma “aunque desafortunada” y de plano desafió al Presidente López a que “meta en cintura” a las redes sociales:
“¿El llamado a la reconciliación que hizo hoy el Presidente López Obrador incluye a las benditas redes sociales, o ése es territorio de nadie? Nada ayuda más a la reconciliación que el cuidado de las palabras. Veremos si en efecto él [López Obrador] es el primero en poner el ejemplo, aunque después de ver el episodio de la mujer de Interjet que, pues sin duda hizo un comentario poco afortunado en las redes. Después de ver cómo se le agredió, linchó y despedazó “en las benditas redes sociales” después de ver cómo se rasgan las vestiduras los autonombrados defensores de la dignidad nacional que agreden sin pudor desde hace más de diez años en las redes. Después de eso, cabe preguntarle al Presidente si el mensaje de reconciliación que envió (blandiendo su pañuelo blanco) abarca también un llamado a la serenidad en esa selva feroz que forman Twitter y Facebook. ¿O el llamado a la reconciliación es sólo para los “conservadores?”.
Uresti dimensiona el mensaje de odio de la piloto como un asunto de género, como si las reacciones que provocó no fueran por su tendencia francamente genocida, sino porque se trata de una mujer, mientras Gómez Leyva se indigna no por el terrorismo en ciernes de una piloto responsable de la seguridad de cientos de personas que viajan bajo su cuidado, sino por las respuestas indignadas de la gente ante el mensaje de odio de la piloto.
Ciro Gómez no niega la cruz de su parroquia. Se identifica (igual que Uresti) con el deseo de muchos mexicanos nostálgicos del saqueo, del pillaje de gobiernos anteriores (que los benefició generosamente), y ruegan todos los días desde los espacios privilegiados de televisoras concesionadas por el Estado mexicano, que alguien asesine al Presidente, con un estilo cada vez más abierto y envalentonado -similar al de Ricardo Alemán-.
Y estarían en su derecho de despotricar cuanto quieran contra el Gobierno que le impuso un límite a la corrupción que tanto les benefició en el pasado si, sólo si -como la piloto de marras-, usaran la libertad que impera en las redes sociales (o cualquier otro medio privado) para emitir sus psicópatas alucinaciones.
Pero las concesiones televisivas que explotan sus patrones están sujetas a leyes especiales porque usan el espacio radioeléctrico -propiedad de todos los mexicanos- bajo un marco normativo muy explícito y específico al que deben someterse a cambio de gozar de esas concesiones que los han hecho mega millonarios.
Ese marco normativo les indica un camino muy claro en el sentido de fomentar la cultura, la educación y la unidad del pueblo de México. Pero hacen cotidianamente exactamente lo contrario. Fomentan el odio y la división, al grado de defender a una terrorista en potencia que debería ser investigada a profundidad antes de permitirle nuevamente que pilotee ya no digamos un avión, sino hasta una bicicleta.
Para colmo, la respuesta de Miguel Alemán -dueño de Interjet– fue que mantendrán en sus filas a la #ladyBinLaden como una forma de respeto a la equidad de género, siguiendo, él también, el guion de Azucena Uresti, dictado por no sabemos quién, pero podemos imaginarlo.
¿Qué espera la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, es decir, la encargada de vigilar la correcta explotación comercial de esas concesiones televisivas, para meter orden?
¿Tiene miedo de que Ciro Gómez la acuse de censura?
¿Y qué espera Jesús Ramírez Cuevas para investigar a fondo quién le está dando línea a televisoras tan disímbolas como Milenio e Imagen TV para que manejen exactamente un mismo guion a fin de detractar al Presidente de México y a sus fieles seguidores hasta el grado de invocar actos terroristas en su contra?
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