A Dios rogando y con Del Mazo dando. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Jarque muestra el cobre. Con tal de aumentar la base tributaria, se lleva entre los pies ¡a los albañiles!
El gobierno del Estado de México busca gravar con el impuesto de nómina las labores de quienes realizan trabajos de construcción o albañilería, para lo cual sus contratistas tendrán que reportar los ingresos de sus trabajadores por “cada obra” que realicen al año, o metros de construcción ejecutados, informa Proceso, entre otros medios nacionales y locales.
Parece ser que el revés recibido por cuenta del INEGI, que esfumó de un día para otro, como por arte de magia, a un millón cien mil habitantes de la entidad (casi el 90% de los desaparecidos por esa errática institución a nivel nacional) y su consecuente disminución drástica de recursos federales, animó al secretario de Finanzas local, Rodrigo Jarque, íntimo del Gobernador que lleva en el apellido de alcurnia el sello de su vocación represiva, a avorazarse con nuevos impuestos, habida cuenta de que Morena perdió la mayoría legislativa que le impediría a este par de terroristas fiscales llevarse entre los pies nada menos que a los pobres albañiles y a los habitantes que a durísimas penas construyen una vivienda o mejoran la que tienen luego de temblores, pandemia y crisis económica.
No niegan Jarque y Del Mazo la cruz de su parroquia atracomulqueña, que los orilla a afectar a la gente pobre para aumentar los ingresos de la burocracia que ellos administran, invariablemente, en favor de la gente rica y de sus propios intereses de grupo.
En lugar de aplicar un impuesto especial -de acuerdo con la corriente mundial apoyada incluso por los países ricos y el propio presidente Biden– a las grandes fortunas, con el fin de paliar la terrible desigualdad social y económica que priva en el planeta y genera fenómenos como la migración masiva, la delincuencia organizada y la pobreza alimentaria de un número creciente de habitantes, estos nostálgicos del neoporfirismo -derrotado en las urnas en el 2018, pero no en la praxis de gobierno, desgraciadamente- solo piensan en exprimir más a los pobres hasta que revienten.
Esa es su única forma de entender la economía. Es su más arraigado credo, su inamovible convicción. Acaparar a costa de los humildes y salvar de la miseria sólo a sus amigos y miembros de su clase social, mientras la inmensa mayoría se debate en la precariedad y el dolor.
En el diferendo que tienen con el Gobierno Federal y que los obligó a devolver dos mil millones de pesos por la torpeza inaudita del INEGI, bien podrían haber reaccionado con un poco de testosterona, poniendo en entredicho, por ejemplo, la viabilidad financiera de las vías de comunicación del aeropuerto Felipe Ángeles -absolutamente prioritarias para el Gobierno Federal-, como haría cualquier gobierno con los arrestos suficientes como para defender los intereses de sus gobernados. Pero estos señoritingos prefieren aplicar la guadaña impositiva a los más pobres.
El proyecto de reformas al Código Financiero que envió a la Legislatura el gobierno del Estado de México como parte del paquete fiscal para el año entrante, busca un endeudamiento adicional -para más joder- por 9 mil 500 millones de pesos, con lo cual la deuda del Edomex pasaría de 46 mil millones de pesos, a por lo menos 55 mil millones, estima la nota referida.
Albañiles bajo la mira
Actualmente en el Estado de México, la actividad de la albañilería constituye el principal ingreso de familias campesinas pobres, toda vez que en la entidad, de acuerdo con la última medición de la pobreza realizada por el Coneval, el 48.9% de sus habitantes son pobres, otro 8.2% viven en extrema pobreza y otro 8.1% se consideran “vulnerables” por carencias sociales, mientras que otro 11.8% son vulnerables por ingresos.
Adicionalmente el gobierno mexiquense propone gravar las actividades de las casas de empeño, lo que nuevamente apunta a deteriorar más el bajísimo nivel económico de quienes tienen que recurrir al empeño de sus escasísimos bienes por la apremiante necesidad que, generalmente, les lleva a perder su de por sí limitado patrimonio.
CON INFORMACIÓN DE:
