Desinvitan a Noroña a la celebración del cuarto año… La Versión no Oficial. Por Jesús López

Pide, con penosa zalamería, que “el compañero Presidente” saque las manos de la sucesión

Muy confiado en su arrastre popular, el diputado federal del PT Gerardo Fernández Noroña, aseguró que, de no haber injerencia del aparato de gobierno en la designación del candidato presidencial, él ganaría la encuesta para contender en 2024.

En una conferencia de prensa que realizó en el Senado, el legislador solicitó fraternalmente a don Andrés Manuel López Obrador que saque las manos del proceso de relevo, pues “el compañero presidente ya dio las señales suficientes de quién cree que puede relevarlo en el cargo, quién le gustaría a él” que lo relevara. “Ya es hora de que saque las manos del proceso porque si no, estaríamos reproduciendo el sistema político de simulación que nosotros mismos combatimos durante décadas”.

Noroña, como se conoce habitualmente a este sociólogo radical, polemista implacable que defendió la reforma energética de AMLO “como nadie” en la Cámara de Diputados -tal como él mismo lo señala-, fue desinvitado por la Presidencia de la República al acto conmemorativo de la inauguración de Dos Bocas, con todo y que él preside la Comisión de Energía del Congreso y de haber recibido previamente y por escrito una amable invitación al acto por parte de Rocío Nahle, lo que constituye una lamentable y francamente salvaje muestra de exclusión por parte del Ejecutivo.

Pero ni él, ni el senador Ricardo Monreal -que ha sido igualmente discriminado por el Presidente-, se atreverán jamás a confrontarlo, a pesar de sus gravísimos errores, sobre todo en materia de Seguridad, yerros imperdonables que se mantienen con sorprendente necedad y que tienen al país sumido en un baño de sangre similar, al menos, al que nos arrastraron Calderón y Peña.

Tangencial y discretamente, Noroña tuvo la osadía de deslizar una breve crítica al mandatario por su violación continua del Estado laico, dadas sus referencias sistemáticas a pasajes religiosos cuando se proclama juarista y, tímidamente, denunció también lo de la desinvitación pero, afirmando, al mismo tiempo, que él nunca denunciaría al “compañero presidente”, prácticamente rendido en su lealtad absoluta hacia él, hasta el final de los tiempos, o al menos hasta el final del sexenio.

Conociendo los arrestos de Noroña para desafiar a la autoridad o para liarse a insultos con cualquiera, llama la atención esa aparente sumisión ante un “compañero presidente” que lo discrimina en tan fea forma, lo que podría ser un indicador inequívoco del miedo, el pánico que invade a los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional ante la posibilidad de caer de la gracia de un hombre que se vanagloria casi a diario de que “lo suyo no es la venganza” y de que “solo siendo bueno se puede ser feliz” y toda esa jerga evangeloide que mantiene a sus fanáticos tan embelesados.

Si el mismísimo Noroña, que es un “pastor alemán” -valga la bienintencionada analogía canina- le saca a molestar a quien donde pone el ojo… pone el abrazo, imagine usted el terror que invade a los “Golden retriever” como Monreal y Marcelo, o la “French poodle” Sheinbaum.