“Cobardía” de la izquierda mexicana para gravar fortunas de los ricos: Germán Martínez
AMLO cena con empresarios “para venderles cachitos de lotería de su rifa del 15 de Septiembre”
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
En una cena ofrecida la noche del miércoles en Palacio Nacional, el Presidente López Obrador convocó a algunos destacados hombres de negocios de México a comprar cachitos de lotería, mientras hincaban el diente en los imprescindibles tamales de chipilín. Aunque a la mañana siguiente AMLO negó haberles vendido los cachitos y aseguró haberse limitado a invitarlos al gran sorte del 15 de septiembre.
Los fondos que se obtengan -dice el comunicado oficial- serán utilizados para la construcción de la Presa Santa María en Sinaloa, de ahí que se haya incluido en la lista de invitados a los hijos del Chap… perdón, al gobernador de esa entidad.
La cena se prolongó por varias horas, como estuvieron reportando los noticiarios nocturnos de televisión, a la expectativa de algún anuncio verdaderamente importante.
En una entrevista previa con José Cárdenas, en Telefórmula, el senador Germán Martínez –ex panista y ex director general del IMSS en la primera parte del gobierno obradorista y hoy disidente arrepentido–, destacó “la cobardía” del Gobierno de López Obrador para cobrarle más impuestos a los ricos, a fin de contar con recursos suficientes para la Salud y la Educación, entre otros rubros de inaplazable urgencia como la Seguridad, de modo que se equilibre un poco la balanza de la desigualdad social en México y se amaine la zozobra de vivir como en el wild wild west.
Resulta ostensiblemente paradójico que sea precisamente un ex panista el que le ponga los puntos sobre las íes a un mandatario presuntamente de izquierda, mientras los miembros del gabinete y el resto de las huestes de la 4té, con orígenes enmarcados en la lucha social e incluso en la rebelión armada, se mantengan firmes -sin ningún esbozo de tímida autocrítica-, al lado de un líder que se compara cotidianamente con héroes de la patria del tamaño de Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas, al mismo tiempo que predica, como lo haría un ministro religioso, sobre abrazos y no balazos en medio de la más grande ola de feminicidios en nuestra historia y organiza cenas con fifís para sacarles alguna limosna para los pobres, como acostumbraban hacer las esposas de Porfirio Díaz y Antonio López de Santa Anna.
Ésta es la segunda cena que el mandatario federal ofrece a empresarios en la que se incluye la tómbola de la Lotería Nacional con todo y los niños gritones. En febrero de 2020, el presidente se reunió con hombres de negocios a quienes invitó a adquirir boletos de la rifa alusiva al famoso avión presidencial.
Aquella cena fue conocida como un “pase de charola” porque se pidió a los empresarios comprometerse con la adquisición de boletos para la rifa del avión que, hasta la fecha, no se sabe a ciencia cierta si se vende, se vuelve a rifar, se alquila como salón de fiestas, o se queda como hasta ahora, luego de 4 años de despilfarro en gastos inútiles de mantenimiento, varado como museo de la ignominia.
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