El grupo de Higinio Martínez obtuvo entre 210 y 220 consejeros, es decir, clara mayoría
Los líderes de feudos específicos restantes, en su conjunto, se reparten 120 consejeros
El Grupo de Acción Política que encabeza el senador Higinio Martínez Miranda, obtuvo el mayor número de consejeros en la elección, con más del 50 por ciento de los espacios, por lo que buscará imponer al, o la próxima dirigente de Morena en el Estado de México, plantea Rodrigo Miranda en su nota para El Sol de Toluca.
https://www.elsoldetoluca.com.mx/local/gap-buscara-dirigir-a-morena-en-el-edomex-8689530.html
De acuerdo con los resultados que arrojó el proceso de Morena en el Estado de México, la diputada Azucena Cisneros fue la más votada en Ecatepec, con 2 mil 999 sufragios, así como Monserrat Ruiz Páez en Tecámac, con 2 mil 292 sufragios para ser representante en el Congreso Nacional y Estatal.
En Texcoco, el diputado Nazario Gutiérrez Martínez obtuvo el primer lugar con un total de dos mil 582; en Ecatepec, Faustino de la Cruz ganó con 1953 votos y en segundo lugar quedó el diputado Daniel Sibaja con 1612 quien también será congresista.
De los 410 consejeros que se eligieron, 10 por cada uno de los 41 distritos federales, el grupo de Higinio Martínez obtuvo entre 210 y 220 plazas. Esta mayoría contundente le permite, sin dificultades, impulsar a quien encabezará la dirigencia del partido de la Cuarta Transformación, concluye el reportero de la nota referida.
Los llamados obradoristas del senador Alejandro Peña tendrían alrededor de 70 consejeros.
En tanto que los grupos que representan Juan Hugo de la Rosa, Fernando Vilchis, Daniel Serrano, Emilio Ulloa, Pedro Zenteno, Mariela Gutiérrez y ahora, el de Horacio Duarte y algunos independientes, se reparten los restantes 120 consejeros.
La elección de los nuevos dirigentes estatales de Morena está programada para el domingo 14 de agosto, en una reunión de consejo en la que participarán los 410 consejeros electos.
Algunas versiones y columnistas señalan que del GAP saldrá el próximo presidente estatal de Morena y mencionan como posibles aspirantes a los diputados locales Nazario Gutiérrez y Azucena Cisneros como los que más posibilidades tienen, sin descartar a la senadora Martha Guerrero, actual delegada del Comité Ejecutivo Nacional en la entidad, para ocupar la cartera más importante de la dirigencia de Morena en el Estado de México.
Por el lado de la eventual alianza prianperredista, la diputada Ana Lilia Herrera reproduce, en entrevista con El Sol de Toluca, los mismos argumentos que ha venido planteando sobre su paso invicto por las contiendas electorales en las que ha participado, y su ánimo de impulsar gobiernos de coalición -como la fase superior del aliancismo electoral-, pero sin atreverse aún a reconocer los vicios terribles de su partido.
Por ejemplo, advierte en la entrevista que la candidata de Morena usará los programas sociales del Presidente para invocar al voto, como si la Tarjeta Rosa sobre la que se monta su correligionaria y amiga, Alejandra del Moral, no fuera otra forma arcaica de usar recursos públicos en una escandalosa campaña anticipada, y por lo tanto, doblemente ilegal de hacer proselitismo.
Mientras Ana Lilia -o la ya reconocida como la tercera opción, Laura Barrera-, no tengan la inteligente osadía de desenmascarar e interponer clara distancia respecto de los escandalosos vicios de su partido, para dejarle en claro al electorado que esos mismos lastres reproduce el presidente López Obrador, como el dedazo, la cargada y los recursos públicos al servicio de su causa política, no podrán prosperar en el ánimo de un electorado que empieza a ver con claridad el mito de que los de la 4té “son diferentes”.
A López Obrador, que ha decepcionado en la praxis de su gobierno a los que votamos por él, excepto a los ignorantes fanáticos que todo le perdonan- es perfectamente posible rebasarlo por la izquierda, si se asumen banderas deseñadas por su inocultable conservadurismo, como la absurda política de seguridad de los abrazos y no balazos, o su irritante pacto de impunidad con los expresidentes corruptos.
Pero para poder hablar de la cola de los demás, se requiere primero de la credibilidad que se alcanza cortando la propia. No hay de otra.