“AMLO no ha hecho nada de lo que esperábamos por la cultura”: Elena Poniatowska
Se burla el Presidente de “las corcholatas” de la oposición, sin percatarse de las potenciales que tiene al lado
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Más que desencantada, Elenita -como le decía AMLO en campaña a la Poniatowska– se dijo sorprendida por el desdén del Presidente en el tema de la cultura, que se comprometió a fomentar antes de asumir la Presidencia de México, pero donde el mandatario ha fallado, señaló ayer la autora de “La Noche de Tlatelolco”, a quien de seguro no le debe hacer gracia alguna la transformación militarista febril e incomprensible del mandatario.
En su visita a la Feria Internacional del Libro Monterrey (FILMTY) 2022, donde ofreció una rueda de prensa, Elena Poniatowska reconoció que, inicialmente, siguió al tabasqueño, junto con otros creadores, cuando hacía recorridos proselitistas, aunque ahora que es mandatario ha perdido el interés en la cuestión cultural, al grado indaudito, agregaría quien esto escribe, que él, su esposa y Claudia Sheinbaum, le rinden homenaje a la vulgar misoginia y desgracia musical del grupo “Firme“.
“No ha hecho nada de lo que esperábamos por la cultura. No se ha ocupado de la cultura. Tanto él como su mujer, Beatriz Gutiérrez Müller, son historiadores, pero no se ha visto un empujón hacia la cultura, un interés. Es una pérdida yo creo, y un error”, dijo la periodista de 90 años.
El mandatario, cada vez menos cuidadoso respecto de los gigantes que lo acompañaron en su lucha por el poder -como es el caso de Porfirio Muñoz Ledo– ignoró por completo el reproche de Elenita y de seguro que si alguno de los dizque periodistas que hacen el ridículo a diario en La Mañanera, formulando preguntas a modo -con honrosas excepciones- le hubiera cuestionado sobre el tema, casi seguro don Andrés -que no es ningún jovencito por cierto- habría respondido que, por su edad, a Elenita ya se le va el avión, como dijo de don Porfirio, o como expresó Javier Lozano, el patiño de Carlos Alazraki, en términos por demás ofensivos: “pobre cabrón, ya no le llega bien el agua al tinaco”.
Sea por la edad, o por las múltiples enfermedades que le aquejan, o por lo que usted quiera, don Andrés, con ayuda de su peor enemigo, Jesús Ramírez Cuevas, formuló e hizo pública ayer una lista de presuntos 43 aspirantes presidenciales de lo que él llama en términos genéricos “la oposición conservadora” , como si se tratara de un ente monolítico homogéneo, y no una amplísima gama de opciones dentro del espectro político en el que su movimiento está en un extremo y los muy pocos prianperredistas corruptos en el otro.
Con el invaluable y apasionado impulso de personajes de la talla de Tatiana Clouthier, Porfirio Muñoz Ledo y Elena Poniatowska, entre muchos otros, don Andrés (con quien México debe estar agradecido, sin duda) logró la hombrada de sacar del poder, pacíficamente, a una pandilla de ladrones y asesinos genocidas -como él mismo lo repite a diario en su conferencia de prensa y en cuanto foro se le pone a modo-, pero ya en el ejercicio de su gobierno nos ha decepcionado rotundamente.
Si Poniatowska le reclama haberse olvidado de la cultura y Porfirio entenderse con los narcos, millones de mexicanos pensantes -no esos que él dice están muy avispados porque lo idolatran ciegamente- y que votamos por él, le reclamamos que militarice el país, que dilapide los recursos que debieron haber servido para impulsar el desarrollo, en obras faraónicas como el Tren Maya y encima altamente contaminantes como Dos Bocas, o un aeropuerto barato, pero inútil. Nos decepciona profundamente cuando denuncia que sus antecesores concesionaron a mineras extranjeras el 60% del territorio nacional, pero no hace nada al respecto, salvo quejarse como plañidera de ese acto evidente de traición a la patria.
Es muy desesperante escucharlo a diario confundir la aplicación estricta de la ley sobre las atrocidades que él mismo se encarga de denunciar en público, con la aberrante confusión de que “lo suyo no es la venganza”. Observarlo cómo habiendo prometido luchar contra la corrupción “como se barren las escaleras”, la tolera con sus cercanos y exonera a los machuchones que la perpetraron en grande, ofrendándole su confianza a un fiscal que podría ganar, fácilmente, el campeonato mundial de la impunidad.
No don Andrés. La oposición a su movimiento surgirá inexorablemente de las filas del mismo, precisamente para cristalizar sus caros principios en la praxis de gobierno y no a exaltar el ego de su dirigente. De gente inteligente que lo acompañó, pero ahora se siente decepcionada con sus fantasías de abrazos y no balazos, mientras los criminales siguen desangrando al país igual o peor que durante el calderonato.
Solo unos cuantos de los que mencionó usted dentro del ridículo grupo de los 43, podría formar parte de esa pléyade de opositores dignos a su gobierno fallido. Pero será Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier, Germán Martínez o alguno otro de los portentos que lo impulsaron, o que surja inesperadamente del México profundo, el que podrá, tarde o temprano -con maximato desde Palenque o sin él-, enmendarle la plana para llevar a los mexicanos por el rumbo del crecimiento con justicia social, dejando de dividir al país en dos bandos irreconciliables. Al tiempo.
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