“La autocratización de las conciencias”. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
¿Gracias a la “Revolución de las Conciencias”?, 50% de los mexicanos anhelan ser gobernados por un autócrata
La encuesta reciente del Pew Research Center, aplicada en 24 países, como muestra representativa del resto del mundo, presenta un análisis revelador sobre los cambios en las preferencias y percepciones políticas de la población mexicana, generados durante el periodo que va de 2017 a 2023, es decir, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
La población de nuestro país muestra un aumento muy significativo en la aceptación de la idea de un liderazgo autocrático, donde un líder fuerte pueda tomar decisiones sin interferencia del Congreso o el aparato Judicial, es decir, “sin equilibrio de poderes”.
Este respaldo a la autocracia (el estudio no usa el término “dictadura” por su fuerte connotación peyorativa), pasó del 27% en 2017 al 50% en 2023, posicionando a México como la nación donde más ha crecido el apoyo a esa clase de gobierno. Kenia es el segundo país donde más creció el apoyo a la autocracia, y pasó de 39% a 52%, es decir, creció 13 puntos porcentuales, casi la mitad que en México.
La pregunta pertinente a partir de este revelador estudio, es ¿por qué en México creció, durante este periodo, en forma tan descomunal el apetito por un gobierno autocrático?
Quizá la respuesta no pueda estar en otra parte que como resultado de la intensísima campaña cotidiana del mandatario mexicano en pos de lo que denomina “La Revolución de las Conciencias“, supuesta estrategia gubernamental para lograr la concientización sobre los beneficios de lo que su gobierno entiende como “la cuarta transformación nacional en beneficio del pueblo”, pero que, en la práctica, ha derivado -según el estudio referido- en una aguda “autoritarización de las conciencias“, es decir, una tendencia a despreciar la democracia y el equilibrio de poderes en beneficio no del pueblo, sino de un gobierno autocrático.
A nivel global, la encuesta revela un declive en el entusiasmo por la democracia, a pesar de que sigue siendo el sistema de gobierno preferido por la mayoría. Se destaca una tendencia de crítica hacia el funcionamiento de la democracia, con un 59% de insatisfacción promedio en los 24 países encuestados.
En el caso de México, el respaldo a la autocracia va acompañado de una disminución en la percepción negativa de este sistema de gobierno opuesto a la democracia, lo que refleja una compleja evolución en las preferencias políticas de la población, es decir que se ha inclinado hacia el autoritarismo, lo que solo es atribuible al factor de la intensa propaganda de desprestigio, instrumentada por el carismático mandatario durante varias horas al día, en contra del periodismo crítico y de cualquier instancia que pueda minar o equilibrar su propio poder, como son el Legislativo (donde desde el principio se dejó claro que cualquier disidencia interna sería considerada una “traición a la Patria”) y el Judicial, luego de que Arturo Zaldívar dejó el liderazgo de la Corte y el mandatario expuso abiertamente que lo mangoneaba a su antojo “aunque solo en casos de políticas de Estado”.
El estudio también revela que las personas con menores ingresos y niveles educativos tienden a aceptar con mayor facilidad la idea de un liderazgo autocrático, es decir, justo los sectores de la población que AMLO reivindica retóricamente con frases como “el pueblo es mucha pieza y siempre me ha apoyado”, al tiempo que reprueba e incluso insulta a la clase media a la que considera “aspiracionista” y “corrupta”.
En el estudio se observa una correlación entre la posición política de derecha y la aceptación de un líder fuerte como forma de gobierno, lo que ratifica que en el caso de México se encuentran muy cuatrapeados los elementos del espectro político, en la medida en que el mandatario que impulsa la autocracia, es decir, la derechización, se dice “de izquierda“.
Otro aspecto destacado es la percepción de que los funcionarios democráticamente electos están desconectados de las preocupaciones y opiniones de la ciudadanía. Este sentimiento de desapego contribuye a la insatisfacción generalizada con el funcionamiento de la democracia.
En cuanto a los factores que podrían mejorar el funcionamiento de las democracias, la encuesta resalta la idea de que una mujer líder o una persona que proviene de un entorno socioeconómico desfavorecido, podrían ser agentes de cambio positivo. En algunos países, como México, Brasil y Argentina, la idea de tener funcionarios electos religiosos también resulta atractiva para la población.
Es menester entender que la idea de una mujer gobernando genera simpatías, independientemente de que se trate de una dama valiente que en cierto modo se rebele ante el autoritarismo del macho y toma el toro por los cuernos para abatir el patriarcado en general, y otra que, simplemente, emule por completo y se presente como la continuidad del sistema autoritario y patriarcal que la encumbró en el puesto.
En resumen, la encuesta del Pew Research Center ofrece una visión detallada de las actitudes y percepciones políticas actuales, subrayando la complejidad y la evolución de las preferencias democráticas a nivel global y en México en particular. Los resultados proporcionan perspectivas valiosas para comprender las dinámicas políticas y sociales en un contexto de cambio y transformación.