En lugar de celebrar el espectacular golpe al narco, parece condenarlo pretextando “la soberanía”

Lo que los analistas consideran un gran enredo sobre la captura, entrega o traición del Mayo Zambada, en realidad se perfila como una prístina revelación del verdadero papel que juega el Gobierno de AMLO respecto de los cárteles de las drogas en México.

Lo que puede observarse sobre el extremadamente comprometedor comportamiento del Presidente ante el evento del año (la captura de los mayores capos del narcotráfico mundial por cuenta de los Estados Unidos en territorio mexicano), aparte de su increíble ignorancia sobre lo que ocurre en su frontera y su capacidad de tejer una mentira tras otra, es su tremenda preocupación por dejarle en claro a los señores del narco que él no tuvo nada que ver con la captura de los principales capos del crimen organizado.

AMLO exige a EU que explique cómo estuvo la captura de El Mayo Zambada

El mandatario mexicano se lava las manos, como Poncio Pilatos, como para dejar en claro lo que todos sabemos, pero no nos atrevemos a decirlo abiertamente: su política de abrazos y no balazos a los más sanguinarios delincuentes, se inscribe en el viejo lema de Adam Smith: laissez faire laissez passer.

Smith comprendía su significado como la «no intervención» del Estado en la vida económica, principalmente en el campo de la producción. La versión patito adoptada por AMLO, pero en el tema de la Seguridad, se aplica a los criminales, es decir, dejarlos hacer lo que les dé la gana y molestarse mucho si el Gobierno de los Estados Unidos (en este caso no a través de la DEA, sino del Departamento de Justicia y el FBI) interviene para perturbar el acuerdo evidente de la mafia burocrática con los criminales que priva en su país vecino, y que provee el veneno para el genocidio del fentanilo.

AMLO se baja de su camioneta para saludar a la mamá de El Chapo (foto de archivo)

El asesinato de Julio César Almanza Armas, presidente de la Fecanaco en Tamaulipas, perpetrado por su activismo en contra de la extorsión masiva en ese estado (como en el resto de la República) por cuenta de los mismos grupos de narcotraficantes que han diversificado sus actividades criminales hasta convertirse en la quinta empresa generadora de empleos en el país, es también una respuesta inmediata, un mensaje al Presidente López Obrador de lo que son capaces de desatar si se permite que los Estados Unidos rompan el pacto de impunidad de López con los peores criminales.

Así se entiende el vergonzoso alineamiento de López ¿y de Claudia Sheinbaum? con el tirano Nicolás Maduro y su dolor de cabeza por la desventura de su amigo Donald Trump con la maravillosa irrupción de Kamala Harris en el escenario norteamericano

Se entiende también el miserable minieditorial de La Jornada, Rayuela: “Y ahora, ¿qué mosca le picó a Lula? …”