Afirma que una adelantadísima sucesión para el 2030 está enredada con la estrategia de Seguridad de Sheinbaum

AL GRANO. Por Jesús López Segura

En su columna Estrictamente Personal, Raymundo Riva Palacio aborda las complejidades políticas que atraviesa la estrategia de Seguridad del gobierno de Claudia Sheinbaum. El autor se refiere a las pugnas internas en Morena y cómo -en su percepción- los intereses de diversos grupos de poder, incluidos los cercanos a Andrés Manuel López Obrador, están saboteando los esfuerzos de seguridad y marcando un prematuro inicio de la lucha por la sucesión presidencial de 2030.

El texto describe que los primeros 100 días del gobierno de Sheinbaum estaban diseñados para mostrar resultados contundentes en Seguridad, con la captura de objetivos clave como “El Tijeras”, responsable del atentado contra Omar García Harfuch en 2020. Sin embargo, esta estrategia fue saboteada por filtraciones desde el propio aparato gubernamental, lo que permitió la fuga del criminal y evidenció las tensiones entre los leales al obradorismo más duro -destacadamente el exvocero Jesús Ramírez y el hijo del expresidente, Andy López Beltrán– y los aliados de Sheinbaum, en particular García Harfuch, una figura incómoda para las facciones internas rudas de Morena.

Andy López Beltrán controla Morena

Operación Enjambre: un golpe político disfrazado de estrategia de seguridad

Riva Palacio analiza cómo la Operación Enjambre, “liderada por García Harfuch” [pero preparada meses antes por la Fiscalía mexiquense], no solo buscó atacar a la Nueva Familia Michoacana sino también desarticular redes políticas ligadas a López Beltrán, hijo del expresidente. En el proceso, varios políticos mexiquenses vinculados al crimen organizado fueron detenidos, afectando directamente al grupo político del senador Higinio Martínez y tocando intereses clave en el Estado de México.

La columna subraya cómo la Seguridad se entrelaza con maniobras políticas de alto nivel, como la remoción de Paulina Moreno García, exsecretaria de Finanzas del Estado de México, para debilitar la influencia de Juan Pablo de Botton y López Beltrán. Este movimiento, aunque estratégico, no significa una ruptura total con ese grupo, sino una señal de que Sheinbaum está dispuesta a limitar su poder en ciertas áreas.

Operación Enjambre: un golpe político disfrazado de estrategia de seguridad

La sucesión presidencial como trasfondo

Riva Palacio argumenta que los ataques contra García Harfuch son parte de una estrategia para desacreditarlo como figura clave en el equipo de Sheinbaum y debilitar su perfil de cara al 2030. Estos ataques, liderados por aliados de Andy López Beltrán y Martí Batres, se insertan en una lucha por el control de Morena que comienza a escalar peligrosamente.

El análisis concluye que la sucesión presidencial se está adelantando en la agenda política, dificultando los intentos de Sheinbaum por consolidar su administración. En este contexto, la Operación Enjambre marca un hito que, según el autor, podría definir el rumbo de la seguridad pública y las alianzas políticas en los próximos años. Sin embargo, advierte que esta estrategia deberá ser sostenida como una norma, no una excepción, en un entorno político donde cada movimiento tiene un alto costo.

Sheinbaum tiene su modelo de seguridad que difiere de los “abrazos y no balazos”

Como de costumbre, Riva Palacio arma churriguerescos análisis con informaciones parciales que le llegan de diversas fuentes, pero se pierde entre los árboles sin mirar el bosque en su conjunto, desde donde se observan, con bastante claridad, por lo menos tres conclusiones obvias:

1.- La disputa por el poder real entre Palenque y Palacio Nacional no espera a la sucesión del 2030, sino que se libra con gran intensidad desde Morena y el Congreso para los no tan lejanos tiempos de la revocación de mandato, donde el plan es encumbrar a Adán Augusto o si se puede de una vez a Andy.

2.- El senador Higinio Martínez cayó de la gracia de Andrés Manuel López Obrador desde que se opuso tajantemente a la cancelación del aeropuerto de Texcoco, donde tenía muchos intereses. Su derrota de ayer en la conformación del comité interino de Morena en el Edomex, a manos de Luz María Hernández, la candidata de la gobernadora Delfina Gómez, es una muestra inequívoca de la decadencia política del doctor.

3.- La confrontación cada vez más abierta entre AMLO y Sheinbaum (véase el affaire entre el gobernador de Tabasco, apoyado por Sheinbaum, con Adán Augusto) en el crucial tema de la Seguridad, no se inscribe, como dice Riva Palacio, en el contexto de la lejana sucesión presidencial, sino en el desafío del maximato.

AMLO incrustó a la Guardia Nacional, contra viento y marea, en el ámbito de la SEDENA, para garantizar, con la obediencia castrense, la política de abrazar a la delincuencia. Sheinbaum se ha aferrado en fortalecer a García Harfuch -y lo logró con apoyo unánime del Congreso– para llevar el control de la seguridad al terreno de lo civil, como indica la más elemental sensatez, a fin de combatir -no abrazar- a los delincuentes. Ése es el meollo de la disputa. Y ésa es la razón fundamental por la que todos deberíamos cerrar filas con la Presidenta de México.