“Te voy a partir la madre”: el nuevo lenguaje parlamentario. AL GRANO. Por Jesús López Segura
¿Animados por Ciro y Epigmenio?, Adán Augusto y Yunes Márquez se apuntan como estrellas del reality show
La política mexicana vuelve a regalar momentos dignos de un reality show, esta vez protagonizados por Adán Augusto López y Miguel Ángel Yunes Márquez, quienes intercambiaron golpes verbales (y casi físicos) con los panista Mario Vázquez y Enrique Vargas en el Senado. En un giro que ni las mejores carpas podrían ofrecer, amenazas, jaloneos y hasta gritos de “¡lárgate traidor!” se apoderaron del recinto legislativo, dejando en claro que la democracia mexicana se ejerce a gritos y sombrerazos.
Quizá animados por la escaramuza verbal de la víspera en Telefórmula, entre Ciro Gómez Leyva y Epigmenio Ibarra, senadores morenistas y panistas decidieron contribuir a enrarecer más el de por sí polarizado ambiente de la política mexicana.
El conato inició cuando Mario Vázquez cuestionó la pluralidad de Morena al mencionar a Javier Corral y Yunes como ejemplos. Esto desató la furia de Adán Augusto, quien se quitó el saco cual luchador listo para entrar en acción, mientras Yunes Márquez lanzaba amenazas coloridas: “Donde te vea te voy a partir la madre”. El nivel del debate, sin duda, llegó a nuevas alturas.
Lilly Téllez y el drama secundario
La panista Lilly Téllez, siempre lista para añadir sazón al caos, gritaba a los morenistas: “¡Yunes traidor, lárgate de aquí!”. Acusó a Adán Augusto de liderar una “pandilla” y aseguró que Morena es una “mafiocracia”. Hay que recordar que Lilly fue expulsada del espacio de Ciro Gómez antes de su exilio en Madrid y que Epigmenio Ibarra ha sido impuesto en ese mismo espacio, como condición para la vigencia de la concesión radiofónica y para garantizar la pluralidad, es decir, el punto de vista oficialista ante el veneno cotidiano que Gómez Leyva esparce contra la cuarta transformación.
Fernández Noroña: el árbitro inesperado
Gerardo Fernández Noroña, ave de tempestades en otros tiempos, ahora en su papel de árbitro llamó al orden, dejando claro que no se puede pelear sin seguir las reglas del circo legislativo. Entre jaloneos y acusaciones, el vicecoordinador panista Enrique Vargas intentó calmar los ánimos, aunque terminó siendo víctima de una llave de lucha libre tipo “tirabuzón” para someterlo por el cuello, por parte de Luis Fernando Salazar, de Morena.
Reflexión final: ¿Senadores o gladiadores? ¿Conductores de noticias o esclavos de la concesión?
El Senado de la República se ha convertido en una mezcla de parlamento y coliseo romano, donde los gladiadores modernos no debaten ideas, sino intercambian insultos y empujones. Entre amenazas de golpes, gritos indignados y llamados a la racionalidad, queda claro que el circo sigue siendo parte esencial de la política mexicana. ¿Qué sigue? ¿Un ring oficial en el pleno?
Por otra parte, llama mucho la atención la forma tan indigna en que el famoso conductor de noticias, Ciro Gómez Leyva, se deja mangonear por un “invitado” a su programa, Epigmenio Ibarra, quien se comporta como dueño del micrófono, independientemente de la razón o sin razón que pueda haber en cada uno de los argumentos.
Ciro tiene que tragar sapos todos los miércoles y ceder la dirección y conducción de su programa a un invitado que Rogerio Azcárraga, dueño de Telefórmula, le impuso por órdenes de arriba. ¡Lo que tienen que hacer algunas vedettes del periodismo electrónico para ganar rating y conservar la chamba!