Sheinbaum, desesperada. Pide auxilio a gobernadores. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López S.
Trump nos envía como embajador a Rambo, un ex boina verde que trabajó décadas en la CIA
En un evento repleto de formalismos y discursos sobrecargados de buenas intenciones, la presidenta Claudia Sheinbaum utilizó el escenario del Consejo Nacional de Seguridad Pública, celebrado en la zona más exclusiva de Acapulco (sí, la misma ciudad devastada por la violencia y los huracanes), para lanzar un regaño “respetuoso” a los gobernadores. Les exigió que tomen la seguridad pública en sus manos y no la deleguen, que dejen de esconderse tras los escritorios, pues. Según Sheinbaum, el caos se desata cuando el gobernador no “atiende los problemas personalmente”.
Mientras tanto, afuera, colectivos de desaparecidos y damnificados del huracán John pedían ser escuchados. Con un registro aterrador de 4,500 desaparecidos y cero apoyo para las víctimas del desastre, lo que pone en entredicho “la atención personal” que debería dar, en congruencia, el gabinete presidencial.
En resumen: mucha palabrería, mucha coordinación prometida y un desfile de altos funcionarios que parecen más interesados en la foto grupal que en resolver la inseguridad que desangra al país. Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando que alguien, cualquiera, “asuma la responsabilidad” y parece que el que de plano se está apuntando para esa tarea es nada menos que el Presidente Ku Klux Klan.
Trump nombra a un “boina verde” para lidiar con México: ¿diplomacia o guion de acción de Hollywood?
Donald Trump, fiel a su estilo grandilocuente, anunció a Ronald Johnson, un veterano de la CIA y ex boina verde, como su candidato a embajador en México. ¿Qué mejor manera de reforzar las relaciones bilaterales que enviar a alguien especializado en “inteligencia” y combate militar? Johnson, quien tuvo su debut diplomático en El Salvador bajo la consigna de “mano dura o nada” que dio lugar al experimento Bukele, ahora será el rostro del endurecimiento de políticas migratorias y la cruzada contra el fentanilo en suelo mexicano.
Trump lo dejó claro en su red social, Truth Social: la misión de Johnson será detener a los “criminales migrantes” y hacer que Estados Unidos vuelva a ser “seguro” otra vez. Nada dice “amistad y cooperación” como amenazas de deportaciones masivas, cierre de fronteras y la posibilidad de declarar a los cárteles mexicanos como terroristas, con todo lo que eso implica para intervenciones militares y, ¿por qué no? echarle el guante a los políticos mexicanos que se aliaron en abrazos con la delincuencia organizada, .
El perfil de Johnson encaja perfectamente en el equipo que Trump está armando: Marco Rubio como secretario de Estado, Kristi Noem como zarina de la frontera, y Tom Homan liderando el Departamento de Seguridad Nacional. Todos unidos por una visión compartida: América Latina es el patio trasero de Estados Unidos y México, su línea de batalla.
Johnson adolece de un pequeño detalle, no tiene experiencia en comercio, uno de los pilares de la relación entre ambos países. Pero no importa, porque Trump ya tiene a alguien más para eso: Jamieson Greer, otro halcón encargado de presionar con aranceles del 25% si México no “coopera”.
Mientras tanto, los analistas en Washington aplauden la “renovada atención” a Latinoamérica, como si enviar a Rambo al frente de una embajada fuera un gesto de diplomacia y no de intimidación y asedio.
Si Claudia Sheinbaum realmente tiene la intención de abandonar la fallida estrategia de los abrazos a los delincuentes, ésta es su gran oportunidad de trabajar con Estados Unidos para poner orden en casa, dejando de lado cursilerías “nacionalistas” y encarcelando, como en El Salvador –pero respetando los derechos humanos–, a todos y cada uno de los delincuentes, incluidos los de cuello blanco y los políticos corruptos porque, además, parece que no le van a dejar otra alternativa. Nuevamente hago un llamado a cerrar filas con la presidenta si de veras se faja las enaguas y deja de rendirle culto a su antecesor. Ya veremos.