“Borrar cárteles de la faz de la Tierra”. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
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Acuerdo Trump-Sheinbaum: ¿Pausa arancelaria o claudicación en materia de soberanía y seguridad?
En política, las concesiones rara vez son gratuitas. El reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre una “pausa” en la amenaza arancelaria de Donald Trump podría ser mucho más que un respiro económico: podría ser la antesala de una cesión encubierta de soberanía. Mientras la mandataria mexicana asegura que la relajación de los aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas no implicó ninguna exigencia de la Casa Blanca, los hechos sugieren que el magnate republicano no es precisamente un altruista en sus negociaciones.
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Buque de guerra de EE. UU. navegando por aguas muy cerca de territorio mexicano
Apenas unos días antes del anuncio, el Departamento de Justicia de EE.UU. publicó un memorándum que ordena la “eliminación total” de los cárteles mexicanos y otras organizaciones criminales transnacionales. No es una simple declaración de guerra contra el narcotráfico, sino una estrategia que, al empoderar a fiscales y canalizar recursos sin precedentes, abre la puerta a una intervención directa en México. Trump no esconde su enfoque beligerante: su zar fronterizo, Tom Homan, ya dejó claro que el presidente “borrará de la faz de la Tierra” a los cárteles y que las tropas estadounidenses están listas para actuar si sus soldados son atacados. La narrativa de Washington está construyendo el escenario perfecto para justificar futuras incursiones.
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Donald Trump quiere erradicar de la faz de la Tierra a los narcotraficante mexicanos
La aparición de una aeronave de reconocimiento en el Golfo de California y la presencia de un portaaviones cerca de Baja California encajan con este cuadro de creciente hostilidad. ¿Coincidencia o ensayo militar? Mientras tanto, en el frente diplomático, Sheinbaum repite la letanía de que EE.UU. debe mirar hacia su propio consumo de fentanilo y no responsabilizar a México. Sin embargo, esa postura luce cada vez más como una estrategia de contención mediática que como una verdadera oposición a las presiones de Washington.
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Aeronave de EE. UU. volando por territorio mexicano
El modus operandi de Trump es claro: primero, crea un problema (los aranceles); luego, ofrece una “solución” a cambio de algo más sustancial. En este caso, la ecuación parece sencilla: menos presión económica a cambio de mayor flexibilidad para que Estados Unidos implemente su agenda de seguridad sin obstáculos. La pregunta es: ¿hasta dónde llegará Sheinbaum en este juego? Si la historia nos ha enseñado algo, es que cuando Washington fija la mira en un objetivo, raramente se detiene hasta lograrlo. Y si la presidencia mexicana ya cedió en la narrativa económica, ¿qué le impedirá hacerlo en la militar?
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López Obrador, ¿gran amigo de los narcos?
Es obvio que la mandataria mexicana tratará de evitar a toda costa poner sobre la mesa negociaciones que puedan afectar las políticas de su antecesor en materia de seguridad, lo que significaría una ruptura con el lema absurdo de los abrazos y no balazos a la delincuencia, proclamado hasta la náusea por Andrés Manuel López Obrador, así que lo más probable es que ella siga nadando de muertito en ese tema, haciéndose la ofendida con las cada vez más evidentes intenciones del mandatario Ku Klux Klan de echarle directamente el guante a los “terroristas” mexicanos, entre los que podrían figurar no solo narcotraficantes famosos, sino funcionarios públicos cómplices del más alto nivel, sin distingo de su militancia partidista. Ya veremos.