viernes, marzo 14

El fracaso del sistema de salud: Infecciones hospitalarias y el aumento del riesgo de muerte

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20% de quienes se infectan en hospitales públicos y privados en México, mueren

El sistema de salud mexicano enfrenta una crisis silenciosa y letal: las infecciones hospitalarias. A casi una década de casos como el brote de Klebsiella pneumoniae en el Hospital Regional 1 de Culiacán, donde murieron 14 recién nacidos, los datos actuales muestran un incremento preocupante en la mortalidad de pacientes que adquieren infecciones dentro de hospitales públicos y privados. Entre 2015 y 2019, el 14% de los contagiados fallecía; desde la pandemia de Covid-19, la cifra ha aumentado a casi 20 por cada 100, superando la media global estimada por la OMS del 10%.

Deficiencias estructurales y falta de transparencia

Los registros de la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE) revelan que la crisis de infecciones nosocomiales no es un fenómeno nuevo, sino un problema histórico agravado por la pandemia y la precarización del sistema de salud. La falta de higiene en hospitales, la escasez de insumos y el incumplimiento de protocolos básicos han sido documentados en diversas investigaciones, pero la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente. A esto se suma la subnotificación de casos, lo que impide conocer la magnitud real del problema.

El Dr. Alejandro Macías, especialista en enfermedades infecciosas, advierte que México arrastra este problema desde hace décadas. La combinación de presupuestos insuficientes, hospitales mal equipados y personal sobrecargado ha convertido a los hospitales en focos de infección en lugar de ser centros de recuperación. Por su parte, el Dr. Samuel Ponce de León señala que la mortalidad derivada de infecciones hospitalarias podría estar subestimada, ya que muchas muertes no se registran bajo esta causa.

El costo humano de la negligencia

Uno de los grupos más vulnerables son los recién nacidos, que representan el 19% de los registros de infecciones hospitalarias. La tragedia se repite año con año: en diciembre de 2023, un brote de Klebsiella oxytoca afectó a 35 niños en hospitales del Estado de México, Michoacán y Guanajuato, cobrando la vida de 16 bebés prematuros. Los informes apuntan a contaminación en los alimentos administrados por vía intravenosa, pero las autoridades aún no han emitido un dictamen definitivo sobre la causa.

Los relatos de padres que han perdido a sus hijos por infecciones hospitalarias evidencian fallas sistemáticas: personal que no usa guantes, áreas insalubres y negligencia en el manejo de insumos médicos. La Norma Oficial Mexicana NOM-045-SSA2-2005 reconoce que estas infecciones incrementan la mortalidad y la morbilidad, dejando secuelas físicas y económicas en los pacientes y sus familias, además de sobrecargar al ya colapsado sistema de salud.

Un problema prevenible, pero sin solución estructural

La OMS ha señalado que hasta el 70% de las infecciones hospitalarias pueden prevenirse con programas eficaces de control y prevención. Sin embargo, México carece de una estrategia nacional efectiva, dependiendo de iniciativas aisladas que varían de hospital en hospital. Mientras que algunas instituciones de alta especialidad cumplen con estándares internacionales, la mayoría de los hospitales públicos operan con carencias extremas.

El presupuesto en salud ha estado por debajo del 6% del PIB recomendado por la OMS, situándose en apenas 2.5% según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). La falta de inversión perpetúa un círculo vicioso: insuficiencia de recursos, programas ineficientes y un costo altísimo en vidas humanas. “Optimizar el gasto ya no es una opción, es irresponsable”, sentencia el Dr. Ponce de León.

Conclusión: Una crisis que no puede seguir ignorándose

Mientras el gobierno minimiza el problema, los hospitales siguen siendo un peligro para sus propios pacientes. La crisis de infecciones hospitalarias no es solo una cuestión de higiene o de administración de insumos, sino una manifestación del abandono estructural del sistema de salud. Sin una inversión sustancial y políticas de control efectivas, miles de mexicanos seguirán enfrentando la posibilidad de salir de un hospital con una infección mortal en lugar de una cura.

 

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