jueves, septiembre 18

Urge que asesoren bien a la Presidenta. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Rodeada de tiburones que la mal aconsejan, la imagen de Sheinbaum sufre un inexorable deterioro

Ayer, varios medios titularon una nota delicada de manera escandalosamente errónea, no se sabe si por confusión o mala fe. Proceso, entre otros, la encabezó así:

“México entregó a Caro Quintero a EU por orden de Trump: Pam Bondi”.

Pero en realidad, lo que la fiscal estadounidense escribió en su cuenta de X fue: “Por orden del presidente Trump, recibimos la custodia del asesino de Kiki desde México”.

Es decir, la orden del presidente Ku Klux Klan no fue a México, sino a Pam Bondi: recibir la custodia del capo. No hace falta ser un experto en comunicación para advertir la inequívoca diferencia entre ambos planteamientos.

Cuestionada hoy en su conferencia sobre este asunto, que pinta al gobierno mexicano como servil a Trump, Sheinbaum desperdició la oportunidad de hacer trizas a los medios que suele criticar con sorna y se limitó a jurar que la decisión de extraditar a Caro Quintero fue estrictamente del Gobierno mexicano.

Quizá no se ha dado cuenta la mandataria de que Jesús Ramírez Cuevas —su jefe de asesores, a quien, según Raymundo Riva Palacio, trató ayer como lazo de cochino por no haber controlado la crisis de la Secretaría de Marina con el escándalo del huachicol fiscal— no trabaja para ella, sino para el presunto “maximato” ejercido desde Palenque.

Para colmo, Salvador García Soto relata que “ayer la presidenta Sheinbaum apareció algo contradictoria en su conferencia matutina”. Por un lado, prometió que en el “Marinagate” se investigará a fondo sin proteger a nadie. Pero acto seguido metió las manos al fuego por López Obrador:

“Cuando se encuentra que hay algún miembro del gobierno, o incluso de las Fuerzas Armadas, que es parte de una ilegalidad, llegar al fondo fortalece a las instituciones. Ahora han dicho mucho que si el expresidente López Obrador, que si sus hijos, otra vez los quieren meter. Esto sucedió en marzo, ¿qué tan atrás venía? No lo sabemos. Lo que sí podemos decir es que el presidente López Obrador es un hombre íntegro, y eso lo sabe el pueblo de México…”

¿Entonces? Dice que no habrá impunidad y que se investigará a todos, pero al mismo tiempo exonera de antemano a su antecesor. Todo indica que, para su mentor y jefe político, sí habrá impunidad.

Y como si no bastara, hoy mismo salió a la palestra para defender a los cada vez más incómodos hijos de AMLO, en torno al amparo “anónimo” que se les otorgó para que nadie los moleste por el huachicol fiscal. Reafirmó las palabras de Andy, quien asegura que todo fue un montaje de “adversarios políticos”. Pero, ¿en qué cabeza cabe un amparo cuya solicitud no lleva firma?

El dilema es enorme: Trump la presiona para que rompa con su progenitor político, mientras su narrativa se desploma por las contradicciones. Debería doña Claudia estar más que consciente de la urgente necesidad de un verdadero equipo de asesores. Pero rodeada de tiburones machistas como Ricardo Monreal —quien hasta se dio el lujo de impulsar en fast track una ley para cancelar suscripciones digitales por un berrinche personal—, se ve difícil que Sheinbaum logre mantener congruencia y evitar que su credibilidad siga en caída libre.

¿No cree usted?

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