jueves, noviembre 21

Cargada de Higinio a favor de Sheinbaum. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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El respaldo mutuo de ambos personajes podría molestar seriamente a Monreal y al Presidente

La ansiedad sucesoria no es buena consejera. Se pueden cometer errores que terminan inevitablemente por pasar facturas a la hora de la verdad. Tal es el caso del senador mexiquense Higinio Martínez Miranda y su desbocada precampaña por la gubernatura, demasiado precoz y agitada, aunque no tan alocada como la de Claudia Sheinbaum, quien ha confundido -junto con la mayoría de analistas- el afán de López Obrador por recuperar el electorado de la Ciudad de México, con un “destape” prematuro de la Jefa de Gobierno para la grande.

Anda el Dr. Martínez de la ceca a la meca, cual toro sin cerca. “Cuando no está en los foros legislativos fustigando al régimen priista, Higinio está maquinando con las élites morenistas”, comenta Plana Mayor en su nota sobre el aquelarre de ayer en el que el jefe político del GAP mexiquense acudió a “respaldar” con toda su tribu, a la Jefa de Gobierno, corriendo el riesgo de contrariar, seriamente, a su mejor aliado en la contienda que protagonizará, tarde o temprano, contra Delfina Gómez y Horacio Duarte, es decir, al senador Ricardo Monreal.

Higinio Martínez tiene altas probabilidades de ser el candidato de Morena a la Gubernatura mexiquense siempre y cuando empiece por respetar los tiempos -porque en una de esas que se trae con el “Varguitas” de Huixquilucan, lo andan inhabilitando–, y si, solo si, deja de desafiar tan tempranamente a don Andrés, quien poco a poco podría ir perdiendo ese extraño amor que siente por Delfina, a fuerza de que se ponga en evidencia –como inevitablemente sucederá– que el puesto de titular de Educación le quede tan grande como su desmedida ingenuidad, incapacidad y ambición.

¿Qué le hace suponer a Claudia que podrá recuperarse del desastre de la elección intermedia en la Ciudad de México haciéndose acompañar por perdedores como el legislador Maurilio Hernández, responsable de haber dilapidado la mayoría que el voto de los mexiquenses le concedió a Morena en la Legislatura local anterior?

¿O de ex panistas corruptos que desperdiciaron la gran oportunidad que les dio Morena, y específicamente el senador Martínez, de hacer brillar la 4té en municipios clave como Naucalpan, la Joya de la Corona, o Toluca, la capital mexiquense?

¿Y qué le hace suponer al senador que Claudia lo respaldaría a él, corriendo el riesgo de encabronar al Presidente López Obrador, a quien le profesa una fidelidad obsesiva, y cuya delfina para el Edomex es, por el momento y sin lugar a dudas, la secretaria de Educación?

¿Quién está asesorando al Dr. Martínez que le aconseja el desatino de organizar cargadas totalmente extemporáneas y pésimamente calculadas porque solo reflejan inseguridad y angustia?

Higinio podrá ser el candidato de Morena en la medida en que recupere su carácter de juventud, que le hizo cambiar la vocación de médico por la lucha política radical que clama el pueblo de México y consolide su papel de líder y crítico demoledor de las atrocidades del prianperredismo local y del todavía hegemónico Grupo Atlacomulco, que por cierto se la está jugando con Marcelo Ebrard.

Lo será si en vez de doblegarse ante los reclamos de un secretario general de Gobierno incapaz de respetar a los opositores en general, y a un senador de la República en particular, aprovecha el paquetazo de publicidad gratuita que Ernesto Nemer le obsequió al salir a “defender”, exhibiendo su lacayuna y lastimosa sumisión, a un jefe del Ejecutivo completamente ausente, salvo cuando se trata de prodigar tarjetas rosadas y anunciar semáforos pandémicos.

Ya sea que en verdad la –por lo demás– muy respetable maestra Delfina haya recaído en la enfermedad de cáncer que le aquejaba (según nos dice una fuente confidencial) o su limitación para ejercer el cargo de secretaria de Educación termine por desanimar a don Andrés, lo más probable es que Higinio tenga que pelearle la candidatura a otro mucho más cercano al Presidente, Horacio Duarte, y en tal caso lo que más le conviene es llevar la fiesta en paz con el senador Monreal, promotor de varias gubernaturas triunfadoras y él mismo obligado, con toda probabilidad, a bregar contra la decisión de López Obrador en favor del único y verdadero “tapado”, su clon Adán Augusto López Hernández.

El Dr. Martínez Miranda tendría, sobre todo, que dejar de ver como enemigos y andar saboteando la lucha de la izquierda más comprometida en la entidad por impulsar agendas progresistas, pues en una de esas, la poderosa corriente de obradoristas dignos y auténticos que encabeza Daniel Serrano le podría arrebatar un altísimo porcentaje de votos. Sería una lástima que se cumpliera nuevamente en la entidad la desgracia de la pulverización de la izquierda que, como reza la vieja proclama, “unida, jamás sería vencida”. ¿No cree usted?

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