jueves, noviembre 21

Asegura Roberto Rock que se busca ya una salida en Palacio para el fiscal incómodo

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Pero Raymundo Riva Palacio sostiene lo contrario: que AMLO lo seguirá protegiendo

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Según Roberto Rock, “el gobierno de López Obrador ordenó analizar escenarios que conduzcan a la dimisión o separación del cargo del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, ante la conclusión de que el funcionario se ha enajenado de la institucionalidad del puesto y representa ya una presencia tóxica en el corazón mismo del Estado”.
( https://www.eluniversal.com.mx/opinion/roberto-rock-l/palacio-alista-la-salida-de-gertz-manero ).

“De acuerdo con información allegada a este espacio”, presume Rock, funcionarios del primer círculo presidencial han diseñado dos rutas que tendrían como destino la caída de Gertz Manero: un proceso impulsado en el Senado, el mismo cuerpo que lo designó en enero de 2019. O una denuncia judicial que conduzca a su inhabilitación.

Lo que más motiva esta decisión, según Rock, es la revelación de que el fiscal ha dado entrada a denuncias penales contra actores clave del gobierno federal, a nivel secretarios de Estado, en lo que parece un juego de pulsos con el propio presidente López Obrador, que ha terminado por prender todas las luces de alerta.

Por su parte, el analista Raymundo Riva Palacio, expone justamente lo contrario:

“El fiscal Alejandro Gertz Manero puede estar tranquilo. El presidente Andrés Manuel López Obrador salió ayer a apoyarlo decididamente tras la difusión de unos audios donde habló abiertamente de probables delitos cometidos por él y por su equipo, y comprometió la independencia de la Suprema Corte de Justicia. Gertz Manero encontró en la fijación del Presidente de que todo lo malo que sucede a su gobierno obedece a una conspiración porque quieren descarrilar su gobierno el salvavidas que necesitaba. Por segunda ocasión en menos de tres meses, Gertz Manero respira y sale más fortalecido, con el salvoconducto presidencial de que puede hacer lo que quiera. Ominosos son hoy los tiempos de la justicia mexicana”. (Raymundo Riva Palacio. Impunidad para el fiscal. Estrictamente Personal. El Financiero.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2022/03/08/impunidad-para-el-fiscal/ ).

La fuerza de Gertz Manero –continúa Riva Palacio— proviene de que tiene abiertas carpetas de investigación en contra de varios ministros de la Corte, o sus familiares, como es el caso del hijo de Pérez Dayán, por un presunto delito de factoraje. Hay otra contra el esposo de Margarita Ríos Farjat, donde ella queda involucrada en un probable delito de conflicto de interés, por presuntamente haber bloqueado el cobro de impuestos a Femsa, donde trabajaba su esposo, cuando era jefa del SAT. Una investigación vieja contra el ministro Luis María Aguilar fue reabierta recientemente, sostiene el columnista de El Universal.

Pero esa presunta “fuerza” del fiscal que pregona Riva Palacio, podría ser interpretada justamente como su debilidad, porque brincar las trancas que le impone el Presidente de no andar juzgando prácticamente a nadie de los mafiosos del poder neoliberal, y mucho menos a miembros distinguidos de la 4té, lo convierten en un estorbo y un peligro potencial para la estabilidad política que el mandatario cree conseguir con la impunidad total que ha prevalecido hasta ahora, aderezada con un discurso oficial demoledor contra quienes, paradójicamente, no se toca ni con el pétalo de una denuncia formal.

El Fiscal Florero, como se conoce a Gertz por su incapacidad absoluta para encarcelar a nadie, excepto a sus enemigos personales, no es un funcionario pusilánime, como lo demuestra la ferocidad que aplica a los casos que le interesan en su esfera personalísima.

Este campeón mundial de la impunidad, que muestra una indiferencia total ante los múltiples casos que el propio Presidente denuncia a diario en La Mañanera, como auténticas atrocidades que deberían costarle la cárcel inmediata a muchos actores políticos relevantes, opera de esa manera no porque él lo desee, sino porque ésa es precisamente la instrucción de un mandatario que ha dejado claro desde el principio que no desea encarcelar a nadie. Que lo suyo es el amor al prójimo, incluidos los más despiadados asesinos del narco.

López Obrador perdona los pecados del mundo y predica a diario desde su púlpito matutino que el camino de la felicidad está muy alejado del espinoso sendero de la aplicación estricta de la ley a quienes la han violado de manera flagrante. Amor y paz. Prohibido prohibir. Abrazos y no balazos, son las consignas de un mandatario que se siente tan cómodo con el fiscal florero que no tiene empacho en brindarle su apoyo incondicional cada vez que vuela la mosca, por una sencillísima razón: la caída del fiscal no de hierro, sino de papel, significaría el fracaso de la política mesiánica del Presidente.

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