“La titular de la SEP [Leticia Ramírez] me da pena”: Elba Esther Gordillo
“Desprecio a las personas que se han servido del magisterio para prestarse a la corrupción”: Leticia Ramírez
El debate sobre el tema educativo ha alcanzado los peores niveles imaginables, se ha reducido a una discusión de lavadero. La recién estrenada titular del ramo dio una muestra de su falta de capacidad para lidiar con líderes magisteriales indiscutibles como la ciertamente corrupta Elba Esther Gordillo.
Luego de hacer el ridículo ante una simple pregunta que cualquier profesor de primaria estaría obligado a responder, aunque no fuera en los términos rimbombantes de los altos vuelos de la retórica pedagógica que se esperaría de la secretaria de Educación Pública, doña Leticia -a quien de cualquier modo le admiro su pueril sinceridad, un elemento que los pedantes “expertos en investigación educativa” suelen olvidar- le pone otra raya al tigre dándose un agarrón con la Gordillo, lo que es admirable nuevamente por su garra para responderle a la corrupta excacique magisterial, pero poco abona al entendimiento racional y civilizado que requiere, hoy más que nunca, el insuperable reto educativo.
Elba dijo que “le da pena” Leticia Ramírez, luego de que la funcionaria de la 4T no pudo contestar cuando le preguntaron cómo un alumno de segundo año de primaria podrá aprender matemáticas con el nuevo modelo educativo. Y agregó, con tóxica, pero desgraciadamente justificada ponzoña, que le gustaría ver al frente de la SEP a “una persona que domine el tema educativo”.
¿Qué va a hacer ahora el Presidente? ¿Encarcelar nuevamente a Elba, o esperar a que este siniestro personaje alborote nuevamente el gallinero magisterial para arrojar a las calles a miles de agresivos mentores (de madres) exigiendo la renuncia de esa respetabilísima dama al que las ocurrencias de don Andrés le pusieron una tremenda losa en la espalda?
Por lo pronto, una jueza de amparo ordenó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) “restaurar”, por tiempo indefinido, el servicio de escuelas de tiempo completo y, por tanto, realizar los ajustes presupuestales necesarios para que dicho programa opere como lo hacía antes de su eliminación, anunciada en marzo pasado por el Gobierno Federal.
Agregó que la medida no impide la subsistencia del programa “La Escuela es nuestra”, y que las autoridades pueden establecer nuevas reglas de operación y normas de fiscalización para garantizar que ambos programas subsistan y que las cuentas públicas rindan.
La suspensión fue concedida el pasado 7 de septiembre y notificada al día siguiente, por lo que la SEP y el resto de las autoridades demandadas, entre ellas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pueden impugnar la resolución.