Defiende AMLO a Samuel García. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
“No le perdonan a Samuel dividir el voto de la clase media cuando, dicen, debería sumarse contra el dictador”: AMLO
Samuel “mi ley” (porque se pasa por el arco del triunfo al Congreso de Nuevo León) se soltó ayer de la lengua con especial agresividad, pegándole en el corazón a Xóchitl Gálvez, al hacer una caracterización ofensiva de los dirigentes partidistas y expresidentes panistas que la apoyan, lo que equivaldría –ya no en términos conceptuales al estilo del Milei argentino, sino pugilísticos, pero cortados con la misma tijera de la soberbia de la clase dominante–, a la madriza que el mirrey de Lomas de Angelópolis le propinó al pobre muchacho guardián de la puerta del fraccionamiento donde vive el porrito fifí de la Anáhuac:
“El sonso, el borracho, el mariguano, el corrupto y el teporocho”, refiriéndose respectivamente a Marko Cortez, a Calderón, a Fox, a Alito y a Chucho Zambrano.
Su manager nada discreto, el Presidente López Obrador, deja en claro en La Mañanera cuál es exactamente el papel que habrá de jugar Samuelito en la elección presidencial, a saber, robarle votos de la clase media a X. Gálvez.
Claudio X. hijo y los partidos que acompañan a la que no puedo nombrar, dijo el Presidente, “se han venido apoderando de la clase media, como si los integrantes de la clase media fuesen borregos… Cuando surge una candidatura también atractiva para la clase media, según ese pensamiento, se inconforman porque sienten que se meten a los terrenos que ellos piensan manejar de manera exclusiva. El problema de Claudio X. González y sus socios es que no saben de política, son neófitos en política”.
“Guardando las debidas proporciones, nunca le perdonaron a Madero, que pertenecía a los de arriba pero se enfrentó a Porfirio Díaz, que era el representante de la oligarquía. Hasta su abuelo, don Evaristo, le escribía a Porfirio que estaban muy apenados con la familia porque este muchacho, Francisco, se atrevía a desafiar a un gobierno tan decente como el suyo…”
“Yo creo que se equivocan porque hay en las clases medias simpatizantes de todas las corrientes. Además no es corporativo, es cada ciudadano que decide libremente. No son borregos. ¿Y por qué va a estar con ellos la clase media si los ha padecido? O ya se olvidaron los gasolinazos, los bajos sueldos? ¿Cómo van a estar a favor de ellos?”
“¿Por qué le sacan cosas a Samuel o por qué ofenden a la esposa? pue es eso, un enojo. ¿Cómo te metes en nuestro terreno si lo que debes hacer es sumarte en contra del dictador, el populista, el que está destruyendo a México? Esa es la opinión de los de arriba y de sus publicista y voceros, pero hay que esperar la opinión de la gente. El pueblo es el que decide, el que manda”.
“Que le devuelvan la cuenta de Face (sic) a Fox, que no haya censura. Nada más que haya respeto, que no haya groserías, insultos y mucho menos agresiones físicas”, concluye el ardiente defensor de Samuelito sin haberse enterado quizá de los insultos que el regio les propinó ayer mismo a los dirigentes políticos de la oposición: “El sonso, el borracho, el mariguano, el corrupto y el teporocho”.