jueves, noviembre 21

La guerra interna entre “Chapitos” y “Mayitos”: un balance de violencia y caos en Sinaloa

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En un mes, casi 200 muertos y 224 desaparecidos, mientras AMLO y su sucesora minimizan los hechos

La lucha intestina entre los “Chapitos” y los “Mayitos”, dos facciones derivadas del Cártel de Sinaloa, ha sumido a la entidad en una espiral de violencia que ya contabiliza 192 homicidios en un solo mes, según el Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP). Este conflicto no solo ha cobrado vidas, sino que ha desatado una ola de desapariciones forzadas, con 224 personas registradas como desaparecidas y cientos de familias desplazadas de sus hogares.

El impacto es devastador: cierres masivos de negocios en Culiacán y Mazatlán, caída del turismo y un aumento del desempleo. La situación ha erosionado no solo la seguridad, sino la actividad económica y la vida cotidiana de la población. “La gente vive con miedo”, señaló Miguel Ángel Calderón Quevedo, coordinador del CESP, quien advierte que los derechos humanos, la salud socioemocional y la economía están cada vez más deteriorados.

Mientras tanto, la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, busca afrontar la creciente inseguridad con un plan nacional que promete reforzar la Guardia Nacional y combatir las causas estructurales de la violencia. La estrategia, que pretende reducir los homicidios dolosos que marcaron el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, enfrenta el reto de contener la violencia, como la que se vive en Sinaloa tras la captura en Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes históricos del cártel.

Sin embargo, este plan hereda las críticas al enfoque de “abrazos, no balazos“, como una política que permitió el fortalecimiento de los cárteles, impulsada por su antecesor, quien no tuvo empacho, antes de irse, en minimizar los estragos de esos enfrentamientos y claudicar a su obligación de detener a los criminales, prácticamente rogándoles que cesaran la violencia por el bien de sus familias, su estado y su país.

En el “nuevo” esquema, Sheinbaum promete un enfoque más coordinado, basado en inteligencia, investigación y una mayor presencia de la Guardia Nacional, pero los resultados están aún por verse, especialmente en zonas donde la violencia parece incontrolable.

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