John Kelly advirtió que Trump gobernaría como un dictador y se ajusta al perfil de un fascista
El ex jefe de gabinete es el funcionario que estuvo más tiempo en la Casa Blanca con Donald Trump
John Kelly, ex jefe de gabinete de Donald Trump, emitió una advertencia contundente sobre el expresidente, calificándolo de fascista y dictador en potencia, en una serie de entrevistas con The New York Times. Kelly, un general retirado que trabajó estrechamente con Trump durante casi año y medio, afirmó que Trump no solo desprecia las restricciones impuestas por la Constitución, sino que también ha demostrado una profunda incomprensión de los principios básicos del Estado de Derecho.
Las declaraciones de Kelly son particularmente alarmantes dado el conocimiento interno que tiene del comportamiento del expresidente. El exfuncionario ha destacado que Trump mostró repetidamente su admiración por dictadores y sistemas autoritarios, afirmando que su comportamiento encaja perfectamente con la definición de fascismo. Este juicio de Kelly no es una mera hipérbole política, sino una evaluación basada en la interacción diaria con el entonces presidente, a quien describe como un hombre que preferiría gobernar sin restricciones legales.
La advertencia más crítica de Kelly se refiere a los comentarios recientes de Trump sobre el uso del Ejército contra oponentes internos, una estrategia que, de ser implementada, representaría un peligroso precedente de represión estatal. A pesar de que fue repetidamente informado sobre la ilegalidad de tal medida, Trump insistió en su autoridad para usar el ejército contra ciudadanos estadounidenses, subrayando su desprecio por los límites constitucionales.
Estas revelaciones reafirman la inquietud sobre la idoneidad de Trump para ocupar nuevamente la presidencia. Kelly no es el único en señalar el comportamiento autocrático del expresidente, pero su voz, como exalto funcionario militar y miembro clave de la administración, aporta una gravedad particular. Su afirmación de que Trump menospreciaba a los veteranos discapacitados y a aquellos que murieron sirviendo al país solo intensifica la imagen de un líder cuyo ego personal prima sobre cualquier noción de sacrificio o servicio público.
En resumen, Kelly pinta un retrato de un Trump que no solo es incapaz de comprender el espíritu de la Constitución, sino que además muestra una indiferencia escalofriante hacia los valores fundamentales que sostienen la democracia estadounidense. Las advertencias del ex jefe de gabinete deberían incitar a una reflexión profunda en los votantes sobre las verdaderas implicaciones de devolver el poder a un líder con claras tendencias autoritarias.