Duro golpe a la impunidad en Edomex. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Operativo “Enjambre”: 14 órdenes de aprehensión, un suicidio y 3 alcaldes en la mira
En un operativo inédito, denominado “Enjambre“, las fuerzas de seguridad nacional y del Estado de México, plenamente coordinadas, han sacudido a la entidad al exponer los profundos vínculos entre funcionarios públicos y grupos del crimen organizado. En el operativo simultáneo que abarcó 11 municipios, se ejecutaron 14 órdenes de aprehensión contra alcaldes, directores de seguridad y otros servidores, resultando en la detención de ocho de ellos.
La magnitud del operativo también dejó episodios dramáticos. Isidro Cortés Jiménez, director de Seguridad Pública de Texcaltitlán, se suicidó al enterarse de su inminente detención, disparándose en la cabeza en su comandancia. Este municipio ya había sido escenario de violencia extrema cuando, en diciembre pasado, 14 personas murieron en un enfrentamiento entre pobladores y presuntos miembros de la Familia Michoacana.
El objetivo de las detenciones, según las autoridades, es desarticular una red de complicidad que permitía a organizaciones criminales como la Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Unión Tepito, Nuevo Imperio y Anti-Unión Tepito operar con impunidad. Los delitos imputados incluyen extorsión, secuestro exprés y homicidio.
A pesar del impacto inicial del operativo, varias órdenes de aprehensión aún no han sido cumplimentadas. Las alcaldesas de Tonatico y Santo Tomás de los Plátanos, así como mandos de seguridad de Chicoloapan, Coacalco y Jilotzingo, continúan prófugos.
El secretario de Seguridad estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo, ha subrayado la necesidad de centralizar el nombramiento de mandos locales de seguridad para evitar futuras infiltraciones criminales. Este planteamiento cobra especial relevancia ante el contexto de violencia y corrupción que predomina en varias regiones del estado.
La Operación Enjambre marca un precedente en la lucha contra la colusión entre el crimen organizado y autoridades locales, pero también expone la fragilidad institucional en el Estado de México, donde la corrupción y la violencia han tejido una compleja red que aún queda por desmantelar.