lunes, junio 30

Medio local clama por eliminar la autonomía universitaria. AL GRANO. Por Jesús López Segura

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Eruviel Ávila y Efrén Rojas, aliados con morenistas autoritarios, se sienten dueños de la UAEMex

El comentario editorial “Off The Récord” de Plana Mayor, está construido con una envoltura de alarma institucional y una aparente defensa de los estudiantes -justificando la toma de rectoría-, pero bajo esa capa se adivina un propósito turbio: el desmontaje calculado de la autonomía universitaria bajo un discurso pseudo-progresista y paternalista, típico de ex priistas conservadores del tipo del “ChapitasÁvila o “El TiburónRojas Dávila, es decir, la misma receta con la que se han querido someter poderes autónomos -como el Judicial– bajo el pretexto de que “el pueblo elige”, cuando en realidad se imponen cuadros inaceptables, sin preparación ni legitimidad, más por su docilidad política que por sus méritos.

El texto referido comienza con una frase reveladora: “la crisis política ya rebasa la autonomía”, como si la autonomía fuera un privilegio descartable en tiempos de turbulencia, cuando es precisamente en la crisis cuando más se debe defender. Esta sentencia abre la puerta para justificar cualquier tipo de intervención externa: del gobierno estatal, de actores partidistas, de supuestos “representantes del pueblo”… todos, claro, bien intencionados, con el objetivo de “rescatar” la universidad, aunque sea a costa de despojarla de su carácter autónomo.

La retórica de los “alguien creyó”, “alguien pensó”, repetida como letanía, pretende repartir culpas hacia dentro de la universidad, preparando el terreno para que una supuesta “comunidad” (ya manipulada, cooptada o simplemente mal informada) legitime con su voto una solución impuesta desde fuera. Como si se tratara de una democracia directa impecable, cuando en realidad se gesta un linchamiento político-administrativo.

También es curioso que se denuncie la “ley mordaza” y la falta de posturas públicas de las candidatas, pero no se mencione que esa misma censura es parte de una estrategia de desgaste institucional: evitar que se consoliden liderazgos dentro del proceso universitario, y dejar, así, que el caos siga creciendo hasta que parezca inevitable la intervención del “Estado salvador”.

La frase final —“romantizar la autonomía para desentenderse de su responsabilidad política es un craso error”— sintetiza toda la trampa: disfrazar de responsabilidad institucional lo que en realidad es oportunismo político. Bajo esta lógica, la autonomía sólo vale si se pliega a las directrices del poder en turno. Y si no, entonces se convierte en un “obstáculo” para la gobernabilidad, como ya se ha hecho con jueces, fiscales, e incluso medios de comunicación.

En resumen, ese comentario —más bien “On The Récord”— no busca salvar a la UAEMéx ni defender al estudiantado, sino justificar una injerencia calculada, disfrazada de sensibilidad democrática. Una operación de captura política con envoltorio de justicia social y “gobernabilidad” autoritaria.

Paco Vázquez y sus diputados afines están tan ansiosos por echarle el guante al presupuesto de la UAEMéx que ni siquiera pueden esperar a que culmine el actual proceso. Se les queman las habas por arrasar con el consejo universitario e imponer el populismo en el campus de nuestra máxima casa de estudios. Ojalá que doña Delfina Gómez mantenga, como hasta ahora, su dignísima neutralidad política ante la imperiosa necesidad de mantener vigente la autonomía, dada la vorágine de apetitos incontrolados, hasta ahora, para devorarla.

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