viernes, marzo 29

Órganos autónomos no serán eliminados, pero los vamos a vigilar: López Obrador: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial

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Ciro Gómez Leyva se burla del Presidente, mientras Carlos Loret reproduce mitos sobre la “sociedad civil”

Disertaba Carlos Loret -como de costumbre- sobre el olímpico desprecio que manifiesta el presidente Andrés Manuel López Obrador ante la oleada de críticas de intelectuales y “la sociedad civil” que se oponen a la militarización de la Guardia Nacional y se pronunciaron en el parlamento abierto del Senado en ese inequívoco sentido, cuando Lorenzo Meyer lo ataja: “¿cuál sociedad civil? Que yo sepa, el 85% de la sociedad civil apoya incondicionalmente a López Obrador“.

Los organismos a los que tú te refieres, Carlos, representan sólo una parte. ¿Cómo debemos llamar a esa sociedad civil?”, pregunta Meyer y Loret le responde, entre carcajadas: “El Pueblo Bueno” y a las ONGs “El Pueblo Malo”…

Fiel a su consigna de atender directamente los reclamos del pueblo de México y no tanto los de intelectuales y organismos civiles que presumen representarlo, el presidente López Obrador aseguró que su gobierno no pretende desaparecer los órganos autónomos, pero sí evitar que sigan cometiendo actos de corrupción.

“No nos vamos a meter a hacer reformas constitucionales para quitarlos. Nada más con que ya no puedan hacer negocios, con tenerlos vigilados, porque son muy corruptos; para que no den contratos, permisos, concesiones a quienes construyen gasoductos, a quienes van a perforar pozos, a quienes ponen plantas para generar energía eléctrica; nada más con eso”, declaró en su conferencia mañanera.

“Vamos a estar pendientes para que no den subsidios, que no haya monopolios, que no protejan a monopolios, porque les dieron tantas facultades que están por encima del Poder Legislativo en algunos casos, y es inapelable lo que deciden; pero afortunadamente se les están venciendo los plazos”.

Y puso como ejemplo a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que era una de las comisiones u organismos “autónomos”, entre comillas, y anunció que el próximo lunes expondrá los conflictos de interés de su Comisionado Presidente, Guillermo Ignacio García Alcocer, quien ha estado impugnando las ternas del mandatario, lo que provocó la burla de Ciro Gómez Leyva esta mañana:

“¿Ah sí? ¿Me sigues criticando? Entonces vas a ver el lunes, te voy a sacar todos tus conflictos de interés… Te voy a tundir en la conferencia de prensa” le habría dicho López Obrador al presidente de la CRE, según Gómez Leyva. El periodista que se erige como el nuevo vocero de la derecha mexicana advierte: “Ojalá presente pruebas López Obrador y no las vaciladas, sí las vaciladas que presentó el lunes Manuel Bartlett contra las empresas de los contratos leoninos de la CFE.”

Tres décadas al hilo de dictadura neoliberal dieron por resultado la creación de diversos “órganos autónomos” con los que se pretendía paliar los efectos nocivos de un presidencialismo salvaje, depredador, aplicado en el fraude electoral y la depauperación masiva del pueblo de México en beneficio de unos cuantos; organismos nominalmente “autónomos” que en la práctica -con las honrosas excepciones de siempre- funcionaban bajo consigna del omnipoderoso Ejecutivo. Y si hay dudas al respecto, sólo hay que recordar la forma burda en que, antes de ser arrojados del poder, los neoliberales prorrogaron las concesiones televisivas por otros 40 años.

De ahí que una cuarta transformación nacional ha de empezar rompiendo una cantidad enorme de mitos creados durante 30 años de simulación democrática, lo que genera mucha confusión, porque luchadores sociales que se integraron al sistema con la esperanza de cambiarlo desde dentro, o que formaron organismos no gubernamentales con el mismo loable propósito -que incluso votaron por López Obrador-, terminaron cooptados por el sistema o vieron frustrados sus esfuerzos individuales para acabar haciendo un juego perverso de tipo gatopardista a instituciones corrompidas en su raíz y funcionamiento real, más allá de sus preciosas metas sustantivas y rimbombantes objetivos retóricos.

A veces es difícil entender el mensaje de AMLO, dice Sánchez Cordero a IP

De ahí que, en la 101 asamblea de la Confederación de Cámaras Industriales, la secretaria de Gobernación comentara que el mensaje presidencial es difícil de entender, pues en los contratos o licitaciones no basta hacer un “checklist” de la seguridad jurídica, número de empleos a generar, o normas cumplidas (objetivos inmediatos), sino contribuir a disminuir la brecha entre pobres y ricos (objetivos últimos, siempre olvidados).

“A veces es difícil entender el mensaje y la política de nuestro presidente, y es difícil entenderlo porque se tienen que desentrañar en muchas ocasiones el sentido de lo que nos está hablando”, destacó Sánchez Cordero, lo que fue aprovechado de inmediato por varios noticiarios televisivos para sacar de contexto esas declaraciones y publicitar la falacia de que “ni su brazo derecho le entiende al Presidente…”

En Conacyt hay estafas más grandes que la ‘Estafa Maestra‘: vocero de Presidencia

“En Conacyt ha habido estafas más grandes que la ‘Estafa Maestra’ que ha causado un escándalo nacional e internacional. En el caso de Conacyt, los desvíos pueden alcanzar mayor dinero que lo que se ha señalado a la ‘Estafa Maestra‘”, afirmó Jesús Ramírez Cuevas, como respuesta a la “sobrerreacción” que se ha desatado con motivo de los nombramientos, así como los ceses y renuncias en el Conacyt.

Los mitos de la “sociedad escolarizada”

La crítica que el Presidente López Obrador emprende contra organismos autónomos en el membrete pero dependientes del Poder Ejecutivo en la práctica y que hoy se oponen sesudamente -con argumentos aparentemente impecables- a la transformación nacional precisamente por la subordinación de su presunta “autonomía”, puede y debe llegar tan lejos, que abarque hasta el concepto mismo de la “sociedad escolarizada” propuesto por Iván Ilich, sobre todo si realmente se quiere llegar a fondo en la reforma educativa de la cuarta transformación nacional, donde el conocimiento adquirido de manera autónoma, al margen de la certificación de la escuela capitalista, esencialmente reproductora de las desigualdades sociales, sea reconocido por la sociedad en el nivel que merece, es decir, a menudo superior en capacidad creativa y crítica que el adquirido en el ritual escolar y académico.

Los nostálgicos voceros del neoliberalismo -que permanecen incrustados en los medios concesionados por el Estado mexicano- añoran que la cuarta transformación nacional no se aboque a redimir a los jodidos de antaño, a quienes observan con desprecio. Se burlan de su forma de expresarse y de vestir. Los humillan por falta de títulos universitarios, como si el pueblo de México, en su infinita sabiduría, no supiera, ahora sí que, a ciencia cierta, que muchos leguleyos usan sus títulos de maestría y doctorado para mejor esquilmar a las víctimas de sus poderosos clientes. Como si infinidad de contadores egresados de las mejores universidades, no fueran alcahuetes consuetudinarios de la evasión fiscal a gran escala de su millonaria clientela. Como si muchos ingenieros altamente calificados no usarán sus conocimientos para realizar con mucho mayor eficacia sus escandalosos actos de corrupción.

No siempre la excelsitud en títulos académicos garantiza un buen desempeño burocrático. A menudo quienes, habiendo terminado con éxito la carrera universitaria, renunciamos a la obtención del título como una forma de rechazo a la simulación de infinidad de maestros que se refugian en el aula por su absoluta incapacidad para un buen desempeño profesional en el mundo real.

Con información de Televisoras, Proceso y La Jornada

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