viernes, marzo 29

Se suma Del Mazo a corriente oportunista de gobernadores del PRI en el tema de la Guardia Nacional: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial

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Prensa rastrera del Valle de Toluca define oportunismo de Del Mazo como “lance de estadista”

Luego de que en casi dos años de mal gobierno, Alfredo del Mazo Maza ha sido incapaz de impulsar la creación de cuerpos policiales eficientes para hacer frente a la grave situación de inseguridad que priva en el Estado de México, ha decidido optar por la vía fácil de sumarse al respaldo oportunista que el resto de los gobernadores emanados del PRI en toda la República brindan a la Guardia Nacional, con el evidente propósito de culpar al nuevo gobierno si este enfoque para atacar la inseguridad no funciona, o calificarse a sí mismos como “estadistas”, “desinteresados colaboradores de la cuarta transformación” si la Guardia Nacional tiene el éxito que todos esperamos en su propósito fundamental que es, precisamente, acabar con el desastre de inseguridad que los propios prianistas generaron, toleraron y en no pocos casos alentaron y protegieron.

Luego del fracaso de sus ridículos planeamientos de campaña en el sentido de ir contra la delincuencia “fuerte y con todo”, resulta muy sencillo para el hijo y nieto de ex gobernadores del PRI -que llegó al poder mediante lo que amplios sectores de la población considera un fraude descarado-, simular un respaldo selectivo a la cuarta transformación, es decir, sólo en los temas que le conviene, delegando la responsabilidad de brindar seguridad a los ciudadanos de la entidad en las fuerzas federales, mientras se hace de la vista gorda con los saqueos a las finanzas públicas de su antecesor, El Señor Ávila; o ante el huachicoleo a gran escala realizado por los amigos y compadres de su primo, con absoluta impunidad; o enmascarando la ola incontenible de feminicidios con tarjetas y policías rosas.

El oportunismo siempre sale a relucir como lo que realmente es, una falacia interesada; una puesta en escena carente de honestidad. Hay que ver a Claudia Ruiz Massieu hablando, con cara de humanista comprometida, de “su gran preocupación por la militarización que la guardia nacional implica, con los riesgos inminentes para los derechos humanos”, cuando su partido hizo senador plurinominal al Sr. Ávila -nada menos que el personaje que, como gobernador, estuvo felicitando al Ejército en cadena nacional por las ejecuciones sumarias de Tlatlaya-, para sentir asco por la capacidad de algunos políticos para mentir, para hacerse pasar ante la opinión pública como precisamente lo contrario de lo que en realidad son.

Hay que ver al Sr. Chong dictando cátedra a sus periodistas a sueldo sobre “el carácter civil que debe tener la Guardia Nacional del lopezobradorismo”, y encima apelando a su amplia experiencia como secretario de Gobernación y gobernador de Hidalgo, haciendo malabares mentales para explicar la discordancia entre gobernadores y senadores de su partido, para confirmar que algunos políticos mexicanos no tienen vergüenza.

¿Cómo se atreve a abrir la bocota este hombre cuando él fue el directamente responsable de la fuga del Chapo, del saqueo institucional de los combustibles, de la ola de asesinatos, desapariciones, feminicidios, extorsiones y toda la gama de desgracias que azotaron al pueblo de México mientras él ejercía el cargo de máxima autoridad nacional en materia de seguridad interior?

Hemos analizado la prensa, especialmente la del Estado de México, durante más de 30 años en los que llegamos a respetar la inteligencia política de algunos destacados miembros del mítico Grupo Atlacomulco. Pero ahora podemos decir que nunca, ni siquiera en la época aciaga del eruvielismo, caracterizado por el trato más burdo a los medios de comunicación de que se tenga memoria, la coordinación de comunicación social del Estado de México haya sido tan torpe como para ir cavando poco a poco la tumba política de su jefe.

Si piensan que la Guardia Nacional sólo servirá para combatir a los delincuentes comunes y organizados, y no para encarcelar a los grandes capos y peces gordos de la brutal corrupción de los últimos 5 sexenios en nuestro país, previniendo que los jefes de la mafia neoliberal no apelen a la lealtad del Ejército mexicano para amenazar con un golpe de Estado, no entienden nada de lo que significa el alcance de lo que se concibe como una verdadera cuarta transformación nacional. No entienden absolutamente nada.

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