martes, diciembre 3

Se calienta la contienda local por la dirigencia de Morena en el Edomex: Jesús López Segura / LA VERSIÓN NO OFICIAL

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Azucena Cisneros, del grupo hegemónico, es incluida en la lista de aspirantes

Como un fiel reflejo de lo que ocurre a nivel nacional entre las facciones de “los Puros y, por extensión, “los Impuros“, en el Estado de México se empieza a calentar la contienda entre las diversas facciones de Morena, aunque oficialmente no existan grupos o tribus en el movimiento que trata de institucionalizar, en un partido político, sus afanes de regeneración nacional.

Como si las disputas de poder entre Ricardo Monreal (“impuro“) y Martí Batres (“puro“) por el control del Senado de la República hubiesen contagiado a los militantes mexiquenses del movimiento que llevó al triunfo electoral de julio del año pasado a Andrés Manuel López Obrador, se desata la puja por el poder en una entidad donde todo parece seguir igual, o peor, a pesar de que Morena recibió la confianza ciudadana al obsequiarle con su voto el control del Congreso mexiquense, lo que auguraba un eficaz sistema de contrapeso respecto del Jefe del Ejecutivo, heredero directo de su primo Enrique Peña Nieto y, por tanto, de la clase política más corrupta del país.

Si por “Puros” debemos entender al grupo de morenistas que siempre han estado en el movimiento de López Obrador, desde sus orígenes, sin haberse incorporado desde otras formaciones partidistas -ya sea por convencimiento o por oportunismo político-, entonces tendríamos que denominar a los adversarios internos como “Impuros“, “heterodoxos“, o, si se quiere y atendiendo a los tintes evangelizantes que de repente cobra el discurso del Presidente, como “los infieles“.

Lo que tenemos entonces es una feroz disputa entre ortodoxos del obradorismo, contra los heterodoxos, o “contaminados“, es decir, los candidatos del senador Higinio Martínez, el Tlatoani de ese grupo, facción o tribu, incluido él mismo en la lista, a pesar de sus señales anteriores de “preferir mantenerse en el Senado“.

De los demás mencionados dentro del grupo hegemónico que en la entidad se identifica con el GAP texcocano de Higinio Martínez, al que pertenecen el subsecretario federal Horacio Duarte y la ex candidata y ahora súper delegada Delfina Gómez, destaca la diputada Azucena Cisneros, una mujer inteligente, congruente y que no parece dejarse intimidar por el poder del Ejecutivo estatal, como parece ser el caso de su coordinador y jefe de la Jucopo, Maurilio Hernández, en el Congreso local.

Por el lado de “los Puros” destaca en forma arrasadora nuestro buen amigo y colaborador habitual Daniel Serrano, un hombre limpio e interesado exclusivamente en la buena marcha de la 4T en la entidad.

Si va en serio la línea de que no debe haber grupos o tribus que se disputen el poder del partido, una alianza entre Azucena Cisneros y Daniel Serrano sería, para mi gusto, la fórmula perfecta para reorientar el devenir sano de la 4T en una entidad harta ya de componendas facciosas que imponen sobre el interés general el de grupos, y quizá la única alternativa para confrontar y acotar el excesivo poder que han acumulado ya ciertos personajes caracterizados no precisamente como incorruptibles. ¿No cree usted?

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