sábado, julio 27

La fortuna de los mexicanos más ricos ha venido creciendo durante el Gobierno de la 4Té

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La Corte invalida a AMLO para disponer de recursos derivados de la austeridad. “Es facultad exclusiva del Congreso”

LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Hace un año figuraron en la lista de Forbes 13 empresarios nacionales, con una riqueza de 136 mil 300 millones de dólares, mientras en 2020 sumaban 101 mil 400 millones. En el último reporte de Forbes, la fortuna de 15 multimillonarios mexicanos alcanzó este año una cifra récord de 160 mil 900 millones de dólares. Esta cantidad supera en 43 por ciento el saldo de la deuda externa del gobierno federal, de 112 mil millones de dólares. También equivale a 11.7 por ciento del producto interno bruto del país.

Forbes divulgó este martes su listado de 2022 sobre las personas más acaudaladas del mundo, en el caso de los mexicanos, figura a la cabeza Carlos Slim, con una fortuna de 81 mil 200 millones de dólares, prácticamente 30 mil millones más que al inicio de la pandemia.

Slim es uno de los principales beneficiarios de las privatizaciones masivas que se realizaron durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, uno de los principales jefes de la mafia del poder, según dichos del Presidente López Obrador, quien, contradictoriamente, la lleva muy bien con él y prácticamente lo eximió, en acuerdo con Claudia Sheinbaum de la responsabilidad por el desplome de un tramo de la Línea 12 del Metro que costó la vida de más de una veintena de ciudadanos.

En segundo lugar, está Germán Larrea, dueño de Grupo México, con 30 mil 800 millones de dólares, 20 mil millones más que hace dos años, uno de los jefes de la mafia peor calificados por expertos que lo consideran un auténtico peligro para el medio ambiente del país y para los derechos humanos de sus habitantes.

En el tercer sitio se ubica Ricardo Salinas Pliego, con 12 mil 400 millones de dólares, monto que supera con 700 millones de dólares la fortuna contabilizada por la publicación en 2020. Es propietario de firmas como Televisión Azteca, la cadena de tiendas Elektra y Banco Azteca, que ha obtenido diversos contratos bajo el actual gobierno, tanto en la administración federal como de la Ciudad de México. El empresario mantiene un litigio con el Servicio de Administración Tributaria, que reclama el pago de un adeudo ultramillonario de impuestos.

De acuerdo con la lista 2022 de Forbes, la mayor fortuna del mundo corresponde a Elon Musk, fundador de la fábrica de vehículos eléctricos Tesla, quien desplazó del trono a Jeff Bezos, dueño de Amazon.

Musk acumula un patrimonio de 219 mil millones de dólares, seguido de Bezos, con 171 mil millones; la familia Arnault, con 158 mil millones, y Bill Gates, con 129 mil millones. En quinta posición se sitúa el inversor Warren Buffett, con un patrimonio de 118 mil millones.

Muchos de los personajes más ricos del mundo se distinguen por la calidad de sus aportaciones a la humanidad, como es el caso del dueño de Tesla, gran impulsor de autos eléctricos, una de las esperanzas ante el calentamiento global, pero el caso de los mexicanos es harto distinto, como puede advertirse en las aportaciones que cada uno de los 15 megarricos ha hecho no para beneficio de los mexicanos o del mundo, sino para la explotación inmisericorde de sus trabajadores, resaltando el caso de un Ricardo Salinas que ha contribuido notablemente a la destrucción de la cultura nacional.

Por eso extraña mucho que a tres años de la cuarta transformación, como el primer mandatario de “izquierda” -desde Lázaro Cárdenas– gusta denominar su administración, la fortuna de los megamillonarios mexicanos crezca desmesuradamente, al tiempo que el Presidente López Obrador celebre a diario que se atienden las necesidades de los más desprotegidos cuando, en realidad, la pobreza ha crecido en su gobierno a un ritmo similar al de las fortunas de los más ricos.

Ahora, según cifras del Coneval, hay dos millones más ciudadanos en condición de pobreza y un millón y medio más en condición de extrema pobreza, es decir 3.5 millones más que las listas del 2018.
(https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/08/05/crece-la-pobreza-en-mexico-con-la-4t-segun-cifras-de-coneval/ ).

Un gobierno de verdadera izquierda acotaría la riqueza de los millonarios para financiar el rescate de los humildes, sobre todo porque tal riqueza se ha alcanzado en una mayoría de los casos por la gravísima corrupción que imperó en los últimos 36 años entre empresarios y autoridades, como lo repite a diario el mandatario en sus soliloquios matutinos.

La imperiosa necesidad de gravar las fortunas de los ricos mexicanos obedecería también a que el discurso presidencial proclama el rescate de los pobres no solamente por un anhelo de justicia social, sino porque considera tal política como su estrategia fundamental para frenar el baño de sangre que vive el país desde hace dos sexenios y medio.

En la retórica netamente populachera del mandatario (y no digo “populista” para no ser identificado con los corruptos nostálgicos del saqueo) no es necesario fincarle responsabilidades a los jefes de la mafia del poder para obligarlos a devolver lo que se robaron, sino que basta con “dar el ejemplo en su austera y pulcra administración” para acabar con la corrupción en el presente y el futuro, sin voltear al pasado, y basta con esa austeridad republicana -dice- para hacer viable el financieramente del rescate de los pobres.

Pues ese discurso repetido hasta la náusea acaba de sufrir un choque relativamente catastrófico con la Suprema Corte, que invalidó el artículo 61, párrafo segundo de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que permitía al presidente Andrés Manuel López Obrador decidir por decreto el destino de los recursos públicos generados por las políticas de austeridad que ha implementado su gobierno.

Por votación de nueve votos contra uno, el pleno de la Corte resolvió que la asignación de los recursos públicos generados, independientemente de que sean ahorros por la política de austeridad, es una facultad exclusiva que corresponde a la Cámara de Diputados, por lo que esa facultad otorgada al Poder Ejecutivo Federal en la citada norma es inconstitucional.

Ojalá que esta determinación de la Corte -apegada por cierto al más estricto espíritu de la Constitución– anime a don Andrés, de cuyas buenas intenciones no hemos dudado jamás, a tomar el toro por los cuernos y se decida a financiar el rescate de los pobres, así como sus fantásticas promesas de regalarnos un sistema de Salud como el de los países nórdicos -y otras muchas legítimas aspiraciones de la clase media-, de la única forma que se puede lograr, por más vueltas que se le dé al asunto: gravando drásticamente las fortunas de los megamillonarios y usando esos cuantiosos recursos para amortiguar, realmente, es decir más allá de la retórica gatopardista, las tremendas desigualdades que han aquejado históricamente a nuestro pueblo.

¿Cómo puede estarse hablando de justicia social cuando se enriquece a personajes como Ricardo Salinas que ofrece préstamos de 70 mil pesos a beneficiarios de la Pensión de Adultos Mayores -aprovechando que en Banco Azteca se les deposita a muchos sus bimestres-, con una tasa de interés del 50%?

Es una forma “creativa” del mañoso e insaciable empresaurio, de apropiarse del 50% de las pensiones de los adultos mayores depositadas en su banco. ¿No lo sabe el Presidente?

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