lunes, octubre 14

Predicar en el desierto. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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¿Para qué sirve la prensa en el Estado de México?

En días pasados, hubo denuncias y testimonios en algunos medios locales sobre el abuso misógino de un empleado de Comunicación Social del Gobierno mexiquense y lo único que se les ocurre a quienes llevan la imagen del Gobernador, es cambiarlo de adscripción. No dice el vocero del mandatario absolutamente nada sobre la penosa situación que se hizo pública. Es un “vocero” mudo, ciego y sordo. Les vale completamente madres lo que piense la gente. Apuestan todo al aplastante control que mantienen sobre la mayoría de los medios que someten su línea editorial a los designios del dinero.

Hoy, el diario local ADNoticias suelta un comentario sobre el anterior vocero del Ayuntamiento de la capital mexiquense, Marco Aguilar, que en cualquier sociedad civilizada habría generado respuestas inmediatas y contundentes por parte de las autoridades. Pero aquí, en el paraíso de la impunidad, seguramente no pasará absolutamente nada:

Marco Aguilar fue un personaje muy menor en la estructura del Ayuntamiento anterior de Toluca, pero muy cercano a Juan Rodolfo [Sánchez Gómez], tanto que pudo dar rienda suelta a su vulgar afición por robar. Voraz pillo que cobraba comisiones por contratos de publicidad, cobraba cheques de empleados fantasma y tenía en nómina a un ejército de “aviadores” que le entregaban diezmo. Robaba de todo y en todo. Bueno, su expediente está a punto de judicializarse, si prospera podría ir a prisión, pero lo más doloroso quizá para él, es que sería obligado a devolver lo robado, podrían ser millones”.

(Se dice que. AD Noticias.- https://adnoticias.mx/se-dice-que-555/ ).

La acusación de ratero contra Aguilar no puede ser más directa. La sugerencia de que está a punto de judicializarse el penosísimo asunto (porque los presuntos atracos del ex funcionario se realizaron a nombre, santo y seña de la 4té, lo que hace doblemente vergonzoso el caso), podría provenir de una filtración, lo que, en el contexto de absoluta impunidad que priva en el Estado de México (y esto podría ser la primera prueba para que el nuevo fiscal se sacuda el estigma de sus antecedentes en el llamado “Grupo de los Primos”) plantea razonables dudas sobre su eventual curso legal.

Pero independientemente de que Marco Aguilar, un auténtico pájaro de cuenta por lo que “se dice”, sea o no perseguido judicialmente por las atrocidades que le imputa el medio referido, lo que llama la atención es que su jefe, conocido como Juanro (un panista de corazón y morenista de ocasión), acusado de todo también en múltiples versiones de prensa, goce de libertad luego de que el alcalde actual, un priista bueno para la retórica pero lento en las acciones concretas, ha jurado y perjurado poner las cosas del municipio -donde reside nada menos que la capital del estado electoralmente más importante del país-, en orden y recobre algo de su dignidad, al parecer, definitivamente perdida.

Y la pregunta es de cualquier modo válida: ¿Para qué carajos sirve la prensa en el Estado de México?

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