Toleran acoso sexual en Comunicación Social de Alfredo del Mazo. Por Jesús López Segura
Implican ahora a Jorge Alberto Pérez Zamudio, voz-cero de Del Mazo, en presuntos actos de corrupción
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Lo dicho, el señor Alberto Pérez Zamudio, el peor vocero que haya tenido gobernador mexiquense alguno, es un auténtico troglodita. Toleró durante 3 años las denuncias de 4 trabajadoras acosadas y maltratadas por un subordinado suyo con el que, según publica el diario local La Tribuna, tenía “negocios de familia“.
Ya cansadas de que las autoridades respectivas las trajeran de la Ceca a la Meca, las 4 mujeres víctimas de Noel Millán Trejo -jefe del departamento de Recursos Materiales en Comunicación Social-, se decidieron a hacer públicas las agresiones del burócrata protegido de Jorge Alberto Pérez Zamudio hasta el grado de afectar gravemente la imagen de un mandatario que centra su eje de gobierno en la Tarjeta Rosa, simulando una preocupación sincera por las mujeres.
Según medios locales, el acosador sexual fue removido a otra área del Gobierno, quizá menos sensible a sus hábitos misóginos, donde no afecte la imagen del gobernador del Mazo, pero de cualquier modo cabe preguntarse ¿por qué Jorge Pérez lo mantuvo, contra viento y marea, durante tanto tiempo haciendo de las suyas en un área tan vital para la imagen del mandatario? La respuesta de La Tribuna es, textualmente, la siguiente:
“Resulta que Noel Millán Trejo, jefe del departamento de Recursos Materiales en la Coordinación administrativa de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de México, que coordina Jorge Alberto Pérez Zamudio, ha sido acusado por enriquecer a su Coordinador Administrativo, de nombre César Córdova, quien al parecer, desde el fin de semana ocupa el lugar y cargo que ostentaba Noel Millán Trejo, pero el asunto es que la triangulación directa del billete, es con Jorge Alberto Pérez Zamudio, pues es quien recibe –dicen- la lana de la renta de camionetas que usan en el GEM. También, aseguran que Noel Millán, se quedaba con el dinero de los lunch de gobierno del Estado de México. Ese puede ser el motivo por el que hasta este momento, no han fincado ninguna responsabilidad jurídico-legal, contra el acosador Millán Trejo, pues tiene mucha información de los ‘negocios de familia’ con Jorge Alberto Pérez Zamudio, Coordinador General de Comunicación Social“…
Si lo que plantea La Tribuna es estrictamente cierto, entonces tendríamos que pensar que en el Gobierno del Estado de México se protege a acosadores sexuales pues, según otro diario local, el acoso llevó a una de las trabajadoras a acudir “a diversas instancias para presentar quejas y denuncias: la CODHEM, la Fiscalía, la Secretaría de la Mujer, la Secretaría de la Contraloría y a su sindicato el SUTEYM; sin embargo, las resoluciones se orientaron a que ella fuera movida de área sin que se sancionaran las conductas de su jefe, por lo que fue ‘comisionada’ en otra área del gobierno del estado.
“Sigo siendo revictimizada porque ahora resulta que donde estoy dicen que llegué por conflictiva y no por un asunto de género, como “problemáticas” por quejarnos de un abusador”.
Y la pregunta obligada es, también ¿el énfasis compulsivo, monotemático del gobernador en su programa de la “Tarjetas Rosa” encubre a acosadores sexuales dentro de su gobierno?
Cabe también recordar que el propio Jorge Pérez Zamudio había cometido otra grave torpeza que puso en el balcón nacional a su jefe, el mandatario mexiquense: declaró al portal SinEmbargo, en la única entrevista a medios que se le conoce, que la Tarjeta Rosa era una forma muy creativa y eficaz para desviar recursos de programas sociales a Comunicación Social, para convertir a las beneficiarias de ese programa, las mujeres más pobres de la entidad, en matraqueras digitales del mandatario. No niega la cruz de su parroquia.
Lo que más llama la atención es que, en plena etapa preelectoral histórica, el gobernador se muestra por completo ajeno a estos escándalos de su vocero, como si viviera en una burbuja que le impide ver que la pintura rosa no puede disimular que la entidad que votó por un gobierno fuerte, siga siendo, en el ocaso de su administración, la campeona nacional en feminicidios.