martes, octubre 15

“Tú estás siempre en mi mente” le canta Sheinbaum a la silla presiden… perdón a su novio

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García Vilchis, la inquisidora de Palacio, se brinca la fila para agarrar hueso partidista

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se aventó un “palomazo” en redes sociales junto a su pareja, Jesús María Tarriba Unger. En un video difundido en sus redes sociales cantó la canción “Siempre en mi mente” de Juan Gabriel.

Jesús y yo, al natural, desafinados. Lo que importa es el amor”, escribió la mandataria capitalina en su cuenta de Instagram. La política realizó un Facebook live el 20 de junio donde exhibió su departamento y tras mostrar el lugar, presumió la guitarra que le había regalado su pareja, según comenta la revista Proceso.

https://www.proceso.com.mx/nacional/2022/7/31/sheinbaum-su-novio-se-echan-palomazo-de-juan-gabriel-tu-estas-siempre-en-mi-mente-290648.html

Alguien había aconsejado a la corcholata presuntamente predilecta, desde hace algunas semanas, que le bajara un poco a la excesiva rigidez de su imagen. Que se mostrara más humana, más coloquial para ganarse la simpatía de mucha gente que la ve demasiado seria.

Así que la muy enamorada de la silla presidencial ha hecho un esfuerzo sobrehumano para abrir hasta su casa y revelar por ejemplo que los domingos, junto a su pareja, suele tocar las canciones de Juan Gabriel. “Con Jesús tocamos mucho las canciones de Juanga“.

Y nosotros que pensábamos que lo suyo lo suyo era más bien Agustín Lara

Otra que no da pie con bola es la señora Elizabeth García Vilchis, quien es expuesta todos los miércoles por otro Jesús, Ramírez, para echarse encima a los periodistas a los que acusa de falsos y mentirosos, habitualmente sin buenos argumentos y menos pruebas que sustenten sus acusaciones que tanto complacen al Presidente.

Expuesta como está, la señora debería tener más cuidado de no andarse saltando la cola de aspirantes a consejeros de Morena, porque simplemente hace el ridículo al pretender dar lecciones de probidad periodística al tiempo que se exhibe como una prepotente beneficiaria del influyentismo. Dicho lo anterior sin ningún ánimo de secundar a Felipe Calderón en sus ridículas críticas a lo costoso de la bolsa de la encargada de Quién es quién en las mentiras.

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