La Fiscalía intenta, otra vez, frenar proceso contra Lozoya, pero juez abre el juicio
López Obrador sigue exhortando a García Luna a que “por el bien del país” abra el pico
LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura
Con reiterados exhortos por parte del Presidente López Obrador a Genaro García Luna, en su larguísimo soliloquio matutino, a fin de que “por el bien del país” se vuelva testigo protegido para hundir a Felipe Calderón, revelando hasta qué punto estaba informado de sus tratos criminales con el Cártel de Sinaloa, de nueva cuenta la Fiscalía de Gertz Florero intentó retrasar el juicio contra Emilio Lozoya, esta vez sin conseguirlo.
Ni una sola referencia espontánea del Presidente en sus reflexiones mañaneras al asunto más grande de corrupción que se ventila no en la Corte de Brooklyn, sino en los tribunales mexicanos, porque implica un flagrante acto de traición a la patria por cuenta del ex presidente que lo antecedió en el cargo -“el licenciado Peña Nieto“, como lo identifica don Andrés “con toda consideración y respeto”-, pues recibió millones de dólares de una empresa extranjera para su campaña política, y luego, a través del mismo intermediario (Emilio Lozoya, secretario de Relaciones Exteriores del CEN del PRI -y no de Finanzas como ha dicho AMLO-) recibió a cambio jugosos contratos de PEMEX, ya Peña como Presidente y Lozoya como director general de la paraestatal.
La Constitución marca que es traición a la patria llegar a la Presidencia del país con apoyo de extranjeros.
López Obrador acusa de hipócritas a los “conservadores”, y asegura que esa característica es la que los define, pero espera que García Luna actúe “en beneficio del país”. Reitera por enésima ocasión que él no ha emprendido un juicio contra Calderón “porque la consulta popular -a la que siempre se opuso, por cierto- no alcanzó el número de votos suficientes para que fuera vinculatoria”, al mismo tiempo que define como gatopardistas a las administraciones panistas, a las que tiene en la mira desde sus presuntos acuerdos con el PRI para las elecciones de Coahuila y Estado de México.
El PRIMOR en todo su esplendor salvaje.
Pero olvida el mandatario mexicano, junto con los fanáticos que lo escuchan con gran devoción, que la ley no se aplica por consulta. Que su obligación -ya que asegura que Calderón se robó elecciones y cobijó las trapacerías de García Luna– sería abrir investigaciones para terminar con la impunidad de un exmandatario condenado en la picota de su retórica implacable, pero perdonado en el único terreno que cuenta, el judicial. A menos que lo que se persiga no se la justicia, sino ganar elecciones.
El argumento de don Andrés para justificar la impunidad de los ex presidentes (aparte de su slogan de que “lo suyo no es la venganza”) es que lo que le interesa es la retribución del daño y que no se vuelva a repetir la conducta criminal. ¿En qué cabeza cabe que la mejor forma de garantizar la no repetición de delitos es pasándose por el arco del triunfo la aplicación estricta de la ley?
Por lo pronto, la nota respectiva de Proceso dice textualmente:
“Después de 3 años 8 meses, un juez federal declaró abierto el juicio por el caso Odebrecht contra Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), a quien la Fiscalía General de la República (FGR) no logró despojar de una sola de sus pruebas de descargo”.
“Durante la última parte de la audiencia intermedia, la FGR solicitó al juez Genaro Alarcón López frenar el proceso, pues anunció que apelará su decisión de excluir totalmente 24 de 67 pruebas que ofreció contra Lozoya, así como la exclusión parcial de 12 probanzas más”.
“Luego de más de 6 horas de audiencia, la FGR solicitó formalmente imponer 46 años y 6 meses de prisión a Lozoya por cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero, mientras que para su mamá, Gilda Margarita Austin y Solís, pidió imponer 21 años y 4 meses de prisión por asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita”.
“Al finalizar la audiencia, Gilda Margarita Austin y Solís envió un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador a quien cuestionó: si el titular de la UIF, Pablo Gómez, ha dicho en las conferencias matutinas del mandatario que tienen pruebas contra el expresidente Enrique Peña Nieto, ¿por qué no proceden contra él y sí mantienen un proceso contra ella y su hijo, quien actualmente se encuentra en prisión?”.
Quizá a don Andrés no le interesa mucho el caso de Emilio Lozoya porque ya pactó, como asegura Movimiento Ciudadano la entrega de Coahuila a cambio del Edomex, en una versión evidentísima de primoroso acuerdo para enfilar batería contra el PAN, lo que se ratificó con la entrega de la JUCOPO del Congreso mexiquense no al panista Enrique Vargas, como se había acordado, sino al delmacista Elías Rescala.
Ahora sí doña Alejandra del Moral va a tener que darle cuerpo a su mote de “valiente“, porque parece que va sola en su aventura electoral.