jueves, noviembre 21

Adiós Azucena a las 10 ¿y adiós Milenio? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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Ahora tendremos Azucena a cualquier hora. ¿Quién será el esquirol que la reemplace?

Me enteré esta mañana. Finalmente el Presidente López Obrador y su vocero Ramírez se salieron con la suya. Lograron que Milenio despidiera a su periodista estrella, quizá la conductora de noticias más profesional en la historia de la televisión mexicana.

Su despedida fue, como absolutamente todo el resto de su extraordinario trabajo, sobria y elegante. Un ejemplo de gallardía frente al poder omnímodo, machista y cobarde que la mutiló. Y que no nos vengan con que fue un retiro voluntario o que el mandatario que presume a diario que él nunca pedirá la cabeza de periodistas, no fue el responsable directo de esta aberración.

¿Por qué Milenio prescindiría voluntariamente de su mejor trabajadora, formada por ellos a lo largo de dos décadas?

Se trata de un atentado vil que termina por hermanar los intereses del Presidente y los dueños de Milenio, con los de los narcos que amenazaron la vida de Azucena en agosto del 2021.Azucena Uresti y AMLO

Mientras Azucena reflejaba a diario, por la noche, con una capacidad de producción contundente y de altísimo nivel -no vista en ninguno de los múltiples espacios informativos del canal- la realidad sanguinaria que nos abruma, el mandatario responsable de contener esa tragedia, se dedicaba a ocultarla por las mañanas. A ignorarla, a despreciarla mientras pretendía hacernos creer que todo marcha sobre ruedas.

Poco a poco, conforme evolucionó y se instaló en forma definitiva el Estado fallido en el país entero, Azucena convirtió su espacio informativo en el recuento interminable de nota roja que ha llegado a superar, en importancia noticiosa, cualquier narrativa política intrascendente, mentirosa y encubridora de esa realidad que nos abruma.

Pierde Milenio y probablemente gane México. No pierde Azucena porque en redes sociales tendrá la oportunidad de continuar con su trabajo excepcional. Ojalá que quienes financian a Loret y a Brozo, decidan apoyarla porque no creo que los dueños de las grandes concesionarias televisivas y radiofónicas se atrevan a desafiar el obvio capricho presidencial.

Pierde López Obrador en plena campaña de su delfina, quizá el peor momento para haber exhibido una guadaña que desmiente de tajo las insufribles fanfarronadas sobre un presunto “respeto irrestricto a la libertad de expresión”.AMLO y Claudia Sheinbaum

Ahora solo falta ver quién es el esquirol que se atreva a apoderarse del espacio de las diez de la noche en Milenio, empresa que se ha caracterizado por despedir a su gente crítica, como fue el caso por ejemplo de Yuli García. Yo mismo tuve el privilegio de ser corrido del periódico Milenio Edomex nada menos que por el hijo de Ángel Trinidad Ferreira, “por instrucciones de Carlos Marín“.

Ya veremos si Alejandro Domínguez, Pedro Gamboa, Carlos Zúñiga o Elisa Alanís se atreven a exhibirse como aves de rapiña. La dignidad, e incluso la visión hacia el futuro les marcaría un derrotero unívoco: la renuncia masiva y solidaridad con su compañera de trabajo. Pero eso rara vez ocurre. Casi siempre se prioriza el presente y los mezquinos intereses personales, con el invariable argumento de que muchas familias dependen del proyecto. Como si no fueran muchísimas más las familias afectadas por su cobardía. Ya veremos.

P.D. Como era de esperarse, AMLO se autoexculpa y pide a Azucena que exprese cuáles son esas circunstancias actuales que la llevaron a renunciar a su programa. También revela que el dueño de Milenio Televisión es su amigo. ¿Por qué no le pide a él que explique las circunstancias ya que son tan amigos?

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