domingo, junio 30

Delfina va por los payasos ¿y los dueños del circo? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

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¿Habrá alguna correlación entre los funcionarios que no renunciaron al PRI con los perseguidos por el GEM?

Siempre es de celebrarse que se ponga en práctica la tan cacareada lucha -meramente verbal en el caso del Gobierno Federal– contra la corrupción. Felicidades sinceras a Luis David Fernández, subsecretario de Control y Auditoría del Gobierno del Estado de México, quien anunció ayer en sus redes que promoverá denuncias penales contra funcionarios de las administraciones de los exgobernadores Eruviel Ávila y Alfredo del Mazo por delitos como fraude, robo, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad y delitos contra la hacienda pública. ¡Enhorabuena!

Eruviel Ávila y Alfredo del Mazo

Eruviel Ávila y Alfredo del Mazo

Ahora bien, extraña mucho que se emprenda una cacería de esa naturaleza, dejando aparentemente intocados a los ex jefes de esa pandilla de presuntos ladrones, con todo respeto, porque como bien ha repetido hasta el hastío el Presidente López Obrador -por desgracia en el nivel meramente discursivo, insisto- “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”, o citando a mi querido amigo Paco Velasco “no hay perro sin dueño”.

¿Y si se trata de una persecución política de castigo a los rebaños del Chapitas y de Alfredo Tercero por no haber tirado la toalla junto con sus pastores?

No es que sea uno mal pensado, pero luego de escuchar torrenciales declaraciones sobre una presunta cruzada contra la corrupción que en ya casi 6 años no tiene a ningún pez gordo (ni flaco) en la cárcel, no nos dejan otro remedio que emular a la burra arisca.

El “Licenciado Peña Nieto” como le dice con gran devoción y respeto el paladín anticorrupción y jefe político de doña Delfina (vía Horacio Duarte), don Andrés, está con un pie de regreso a su mansión de Ixtapan de la Sal, según han consignado los periodistas que disfrutan mucho de los reportajes rosas de telenovela y de las aventuras por el mundo de uno de los exgobernantes más corruptos, quien ha gozado de cabal impunidad por cuenta de la “cuarta transformación nacional” que, en adelante, quizá termine también por referirse al Chapitas como “el Licenciado Ávila Villegas” y a quien les cedió la plaza mexiquense como “el Licenciado Del Mazo Maza”.Eruviel Ávila, Alfredo del Mazo y Enrique Peña NIeto

Cada que se le reclama a López Obrador que se abstenga de perseguir judicialmente, como juró tantas veces, a los jefes de la mafia del poder, y se limite a bombardearlos con saliva, él responde que lo más importante es que no se vuelvan a repetir sus fechorías -lo que reiteró esta misma mañana, por cierto-, como si tal propósito quedara garantizado con la supuesta “pérdida de la respetabilidad” producto del linchamiento verbal, y no con la más que aleccionadora cárcel.

Esperemos que no sea el caso y doña Delfina, una mujer honrada, eluda caer en los jueguitos pragmáticos de su benefactor -como lamentablemente parece estar ocurriendo con doña Claudia-, porque entonces empezaríamos a ver en puestos clave de las administraciones federal y local a personajes como Erwin Lino, Luis Miranda, Aurelio Nuño (según advertencia regañona de Rayuela, en La Jornada de hoy, que sugiere lo perfilan para la SEP) y otros chapeaditos de cuyos nombres prefiero no acordarme.

Ya veremos, dijo un ciego.

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