Sheinbaum se hace bolas con libro de Labastida. LA VERSION NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

En la crisis de Sinaloa parece preocuparle más lo que piensen los gringos que el dolor de la población: Salvador Camarena
La presidenta Claudia Sheinbaum refiere esta mañana como “algo histórico” el libro de Francisco Labastida Ochoa “La Duda Sistemática”, publicado hace ya 3 meses, en donde el ex candidato priista a la presidencia en el 2000 relata que el entonces presidente Zedillo saboteó su campaña por un pacto con los gringos, consistente en propiciar la alternancia en el poder presidencial mexicano, a cambio de los 40 mil millones de dólares que prestaron a México a raíz del famoso “error de diciembre”.
En un análisis confuso, Sheinbaum parece endosar esa confesión de Labastida (reiterada por Roberto Madrazo, dijo) a una vocación antidemocrática de la oposición a su gobierno, comprometido con el mandato del, por y para el pueblo, y no a una proclividad del prianismo a ceder soberanía a los Estados Unidos.

El pacto de la alternancia bipartidista en favor de Fox se formuló desde Salinas como condición para la firma del TLC
Trata de darle un matiz de escándalo al asunto al quejarse de que son ahora los mismos que invocan la intervención norteamericana contra los cárteles, sin caer en la cuenta de que el pacto de la alternancia bipartidista en favor de Fox (mucho más “democrática” por cierto que la hegemonía monopartidista que ella misma promueve) se formuló desde Salinas, como condición para la firma del Tratado de Libre Comercio, pero se pospuso 6 años porque el candidato beneficiado entonces hubiera sido Cuauhtémoc Cárdenas.
Por lo que se refiere al apoyo gringo para combatir a los narcos, la posición de doña Claudia está muy comprometida con el legado incómodo de su antecesor, como lo revela claramente la crisis de Sinaloa:
El caos en Sinaloa ha alcanzado un punto crítico con las recientes protestas ciudadanas que señalan directamente al gobernador Rubén Rocha Moya y, por extensión, a Morena, como cómplices de la violencia exacerbada en el estado. La irrupción en las oficinas del gobernador, acompañada de consignas como “¡Narcogobierno!” y “¡Fuera Rocha!”, es un reflejo del hartazgo social frente a un escenario de inseguridad que acumula más de 600 asesinatos desde septiembre, resultado de la pugna entre facciones del narcotráfico tras el rapto del Mayo Zambada que tanto preocupaba al ex mandatario López Obrador.
El asesinato de dos niños y su padre en un intento de robo se convirtió en el detonante de estas manifestaciones, dejando al descubierto el vacío de autoridad estatal. Los ciudadanos no solo exigen justicia, sino también la renuncia de Rocha Moya, a quien acusan de vínculos con el crimen organizado. La falta de acción gubernamental y el desgaste institucional derivado de los enfrentamientos han provocado cierres de negocios, ausencia escolar y una parálisis económica, configurando un panorama de ingobernabilidad.
En este contexto, Salvador Camarena (“¿Por qué sostiene Claudia a Rubén Rocha?”. El Financiero) ofrece una mirada crítica que señala a la presidenta Claudia Sheinbaum como responsable de sostener políticamente a un gobernador inoperante. Según el análisis, la permanencia de Rocha Moya responde a cálculos políticos de Morena y a la reticencia del partido a admitir errores en su narrativa de incorruptibilidad. Este blindaje político refleja la prioridad del partido por evitar fracturas internas antes que atender la crisis social que vive Sinaloa.
El gobierno federal, apunta Camarena, “parece más preocupado por cómo perciben su actuación en Washington que por las víctimas civiles de la violencia”.