¿Criminaliza Toluca a los automovilistas? LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

800 “entrevistados”, 36 alcoholizados… y 0 delincuentes detenidos: saldo de operativos toluqueños
El alcohol convierte a Toluca en un estado de sitio. Este fin de semana, la capital mexiquense vivió una simulación de ley marcial, cortesía del programa “Conduce sin Alcohol”, que logró la “hazaña” de retirar de circulación a 36 conductores con aliento etílico… tras interrogar a 800 automovilistas. Sí, 800. Como si cada coche escondiera un criminal de alto perfil, pero en realidad eran ciudadanos atrapados entre retenes, conos naranjas y un entusiasmo policiaco que rara vez se ve contra los baches, el narcomenudeo, los asaltos cotidianos o los feminicidios.
Los puntos “estratégicos” de esta odisea burocrática fueron las avenidas José María Pino Suárez y Venustiano Carranza, junto con el cruce con Jesús Carranza, donde 52 pruebas de alcoholemia se aplicaron con la misma rigurosidad que debería dedicarse al alumbrado público o a la vigilancia en colonias donde la delincuencia organizada opera con menos obstáculos que un conductor sobrio un sábado por la noche.
El resultado: 36 personas remitidas ante el Juez Cívico por manejar con alcohol en la sangre (es decir, menos del 5% de los detenidos virtuales) y 33 autos enviados al corralón. Todo un despliegue digno de una redada antiterrorista, pero con más chalecos reflectantes que efectividad proporcional.
Desde la Dirección General de Seguridad y Protección de Toluca amenazan con que estas acciones “preventivas” continuarán de forma permanente, lo que suena menos a una política pública y más a una intimidación logística para el tránsito local.
Porque claro, nada dice “seguridad ciudadana” como tener cientos de policías revisando si cenaste con vino, mientras las calles siguen siendo una trampa de cráteres y los verdaderos criminales ni se despeinan.
Y, por si fuera poco, la autoridad reiteró su llamado a no conducir bajo los efectos del alcohol. Un consejo válido, aunque quizá más eficaz si viniera acompañado de patrullas funcionales, luminarias encendidas y calles sin parecer campo minado.
Los numerosos delincuentes que actúan en Toluca están felices con el alcalde Ricardo Moreno, porque mientras ellos hacen de las suyas impunemente, la policía municipal se dedica masivamente a molestar a los automovilistas.
Y no digo, que quede claro, que no deba aplicarse el alcoholímetro, pero que se haga con inteligencia y tiro de precisión, no como lo haría la Gestapo.