Ecatepec, la ciudad más insegura de México, luego de Culiacán. AL GRANO. Por Jesús López Segura

Le sigue Uruapan, donde el alcalde Carlos Manzo desafía la política de abrazar a los criminales
Los datos más recientes del INEGI no sólo revelan el deterioro de la seguridad urbana en México, sino también las profundas diferencias entre quienes gobiernan desde la pasividad y quienes enfrentan con decisión la crisis. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondiente al segundo trimestre de 2025, coloca a Ecatepec de Morelos como la segunda ciudad con mayor percepción de inseguridad del país (herencia del eruvielismo y el morenismo que abraza a los delincuentes), sólo por debajo de Culiacán, Sinaloa, hoy abrumada por la guerra entre Chapitos y Mayitos.
En Ecatepec, gobernado por la morenista Azucena Cisneros, 90 de cada 100 habitantes consideran que vivir ahí es inseguro. Le siguen Uruapan, Michoacán, con 89.5%; Tapachula, con 88.1%, y Ciudad Obregón, con 88%.
A nivel nacional, la percepción de inseguridad aumentó de 59.4% a 63.2%, en el tercer trimestre del gobierno de Claudia Sheinbaum quien, a pregunta expresa en su Mañanera de hoy sobre las embestidas verbales del abogado de Ovidio Guzmán, se limitó a responder: “Yo no hablo con abogados de narcotraficantes“, cuando quizá quizo decir “Ya no hablo con abogados de narcotraficantes“.
El caso de Ecatepec, históricamente asolado por la violencia, la pobreza y el abandono institucional, evidencia una gestión que, más allá del discurso, no ha logrado revertir la desconfianza ciudadana ni contener el avance del crimen. El gobierno de Azucena Cisneros, hasta ahora más gris que combativo, parece replegarse en una inercia burocrática frente a una realidad que exige liderazgo y firmeza.
El contraste no podría ser más evidente si se mira a otros municipios como Uruapan, en el también conflictivo estado de Michoacán, donde Carlos Manzo, apodado ya como el “Bukele mexicano“, ha optado por una estrategia frontal contra la inseguridad. Su estilo directo y sin concesiones ha comenzado a rendir frutos y a ganar reconocimiento, incluso fuera del estado. Mientras Cisneros administra el caos con aparente resignación, Manzo lo combate con decisión, marcando una ruta distinta para la gestión municipal.
En el otro extremo del país, ciudades como San Pedro Garza García, Piedras Negras, Benito Juárez (CDMX), Saltillo y Puerto Vallarta se posicionan como las más seguras, con índices de percepción muy por debajo de la media nacional, gracias a políticas más eficaces de prevención y control.
Así, mientras la violencia se normaliza en bastiones urbanos como Ecatepec, otros gobiernos locales demuestran que sí es posible enfrentar el miedo con resultados y no sólo con discursos. En tiempos donde la seguridad se ha vuelto el principal termómetro político, no actuar también es una forma de gobernar… pero es la peor.