viernes, julio 11

“Los niños saben lo que hacen con sus cheques”: GEM. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López

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Tal fue la respuesta del GEM ante las denuncias de extorsión oficial a niños deportistas

Según una tarjeta informativa de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTI), del Gobierno del Estado de México (GEM), los niños y adolescentes deportistas —algunos de apenas 12 años— “saben lo que hacen con sus cheques”, y si por alguna razón los entregan de regreso a sus entrenadores o a funcionarios deportivos, pues será porque quieren, ¿no?

Con ese argumento, SECTI se desmarca de cualquier responsabilidad en la extorsión oficial revelada por Proceso y el destino del dinero público que debería incentivar el deporte, pero que termina esfumándose tras bambalinas. Todo esto, pese a múltiples testimonios de padres de familia que aseguran haber presenciado cómo los seleccionados estatales recibían su cheque -para la foto- y luego eran presionados para endosarlo y devolverlo ahí mismo a quienes se los entregaron, bajo amenaza de no recibir uniformes o quedar fuera de la competencia.

En su defensa, el gobierno estatal —con la misma agilidad con la que evade responsabilidades— señala a dos funcionarios de bajo perfil: Irene Prieto Díaz y Alan Adrián García Estrada, quienes, según el comunicado, habrían estado a cargo de la entrega de apoyos en taekwondo y protagonizado “el único incidente” reportado. Qué conveniente.

Sin embargo, la ex presidenta de la Asociación Estatal de Taekwondo, Emily Armas, desmintió la versión oficial al admitir que ella misma gestionaba recursos públicos para comprar uniformes, en un esquema que —según confesó— fue instruido directamente por el gobierno estatal, aunque ella considerara que “no era factible”.

Para coronar la simulación, el endoso de cheques por parte de menores viola las reglas de operación publicadas en la Gaceta oficial del Estado de México, lo cual debería bastar para abrir investigaciones administrativas —y desde luego penales—. Pero hasta ahora, ni la SECTI ni la Dirección de Cultura Física y Deporte parecen haber leído el reglamento.

En resumen, el escándalo confirma lo que ya es un secreto a voces: el sistema de apoyos al deporte en el Edomex está podrido, sostenido por montajes mediáticos, simulaciones burocráticas y el uso faccioso de recursos públicos. Todo bajo la impunidad de una administración que simula no ver, no oír y mucho menos actuar.

La gravedad del caso exige algo más que comunicados tibios. Se requiere una intervención firme y urgente para desmontar esta estructura clientelar que lucra con la ilusión de niños deportistas. Porque si la Cuarta Transformación no puede garantizar ni siquiera que un menor conserve el cheque que le corresponde, ¿entonces para qué llegó al poder?

 

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