El exterminio -¿holocausto?- palestino en cifras. LA VERSIÓN NO OFICIAL. Por Jesús López Segura

Donald Trump respalda el genocidio en Gaza y se divierte insultando a Greta Thunberg
Doscientas mil toneladas de explosivos —el equivalente a más de quince bombas atómicas como la de Hiroshima— han sido arrojadas sobre una franja de tierra donde viven dos millones de seres humanos, la mayoría niños, mujeres y ancianos. De esa lluvia infernal lanzada por Israel quedan 67 mil 139 palestinos asesinados, 20 mil de ellos menores de edad. Mil 800 médicos, enfermeros y rescatistas fueron exterminados junto con 254 periodistas que tuvieron la osadía de contar la verdad antes de ser silenciados bajo los escombros.
La devastación es total: el 90 por ciento de la infraestructura reducida a polvo, 38 hospitales y 96 clínicas destruidos, 197 ambulancias pulverizadas, 2 millones de desplazados, 9 mil 500 desaparecidos. Gaza es hoy una fosa común sostenida por los sobrevivientes que aún respiran.
Pero en el otro extremo del planeta, el autoproclamado “hombre fuerte” de Occidente, Donald Trump, el valiente que jamás ha pisado una trinchera, encontró a su enemigo perfecto: una adolescente sueca armada solo con su conciencia. Greta Thunberg, que tuvo el coraje de unirse a una flotilla humanitaria para intentar romper el bloqueo israelí y llevar ayuda a quienes agonizan, fue detenida y deportada. Y ahí, desde la comodidad de su podio en la Casa Blanca, Trump se burló de ella: “Está loca, tiene problemas de ira, debería ir al médico”.
El magnate que presume haber “ordenado” el cese de los bombardeos —tras los cuales 125 palestinos más fueron asesinados— no tuvo una sola palabra de compasión por los 20 mil niños muertos, pero sí una cascada de insultos para una joven que le recordó, con sarcasmo exquisito, que “a juzgar por su historial”, él también podría necesitar ayuda para controlar su propia rabia.
Qué ironía: el hombre que ha hecho de la intolerancia un arte acusa de “alborotadora” a quien protesta ante el exterminio. El mismo que firmó cheques para fabricar guerras se indigna por una activista que intenta detener una. Trump, el “pacificador” aspirante ridículo al Nobel, reparte diagnósticos psiquiátricos mientras aplaude la aniquilación de un pueblo entero.
Si la historia tiene un ápice de justicia, su nombre quedará grabado no entre los estadistas, sino entre los cobardes que callaron —o se burlaron— mientras las bombas caían. Porque Greta, con su voz quebrada y su indignación adolescente, ha mostrado más coraje que todos los líderes que hoy, como Trump, esconden su complicidad detrás de insultos y falsos gestos de autoridad.
Ahí están los números, fríos y atroces: 200 mil toneladas de explosivos, 67 mil cadáveres, 20 mil niños. Y ahí está también la miseria moral de quien, en lugar de contar muertos, prefiere burlarse de una joven que no los olvida.