jueves, abril 18

Destapa Videgaray a Meade, pero… ¿para el Banco de México?: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial

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Queda claro que el verdadero y único tapado podría ser el propio Videgaray

https://youtu.be/kBFo90oHrWg

 

 

Hábil como es, Luis Videgaray aprovecha la previsiblemente desastrosa comparecencia de Miguel Ángel Osorio Chong en el Senado, donde le dicen hasta de qué se va a morir (como candidato presidencial) para lanzar ante un centenar de representantes diplomáticos lo que la mayoría de periódicos y medios televisivos interpreta como un claro “destape” de José Antonio Meade para la Presidencia de la República.

Pero si nos atenemos al anuncio de que el ritual se llevaría a cabo conforme a la liturgia priista, nadie se atrevería a cometer el sacrilegio de adelantársele al todopoderoso dedo elector, y mucho menos Videgaray, el back door man que mueve los hilos del poder a su antojo y ha sabido mantenerse en la posición de segundo al mando contra viento y marea.

 

Dijo Videgaray respecto de Meade: “Es el único mexicano, junto con Plutarco Elías Calles, que ha ocupado cuatro secretarías distintas en dos gobiernos diferentes. Conduce con gran inteligencia, disciplina y, sobre todo, patriotismo y visión de Estado la política macroeconómica de México. Bajo el liderazgo de José Antonio Meade, hoy México tiene rumbo, estabilidad y claridad en la política económica. Para nadie es un secreto que tengo mucho tiempo de conocer al secretario y soy testigo fiel, no sólo de su inteligencia notable, de su preparación y experiencia, lo soy sobre todo de sus valores. El más importante de ellos, la integridad y el patriotismo que al final de cuentas es el amor a México entre cada una de sus responsabilidades. En su trayectoria ha sido el amor a México lo que lo ha distinguido”

Al destacar con tan azucarada generosidad las cualidades en materia económica -reales o imaginarias- del titular de Hacienda que, por lo demás, el propio Videgaray puso en el cargo, con una sonrisa discreta de satisfacción en el rostro, con una seguridad en sí mismo que revela la absoluta imposibilidad de error, Videgaray sienta las bases para postularse él mismo como el candidato de Peña, y perfila el enfoque economicista neoliberal que piensa imprimirle a su Gobierno: con Meade gobernando el Banco de México y con Carstens al mando de la banca internacional.

Es el estilo en el que se formó Peña. Una vez que Arturo Montiel decidió quién lo sucedería en el cargo de Gobernador del Estado de México, todo se perfiló para encumbrar a su joven protegido de Atlacomulco. No hubo titubeos.

Comía con Enrique Jacob hace unos quince años en el restaurante de TolucaLa Casa Criolla“, cuando me preguntó: ¿Conoces a Enrique Peña Nieto? (en ese momento todavía secretario de Administración del Gobierno de Arturo Montiel y que se encontraba en una mesa cercana del mismo restaurante).

No. Le respondí a Quique, como le digo a mi viejo amigo Jacob quien por cierto me obsequió el libro La Omertá, que habla del sacrilegio que significa para la mafia italiana revelar sus secretos…

Ven. Te lo voy a presentar. Es el próximo gobernador, me dijo.

Peña se levantó entusiasmado. ¿Tú eres Chucho López? ¡Admiro mucho tu trabajo! ¿Comerías conmigo mañana aquí mismo? Quiero platicar contigo…

Todo lo que me dijo Peña al día siguiente me dejó perfectamente claro que él y nadie más sería el próximo gobernador. Montiel le dejaba tomar todas las decisiones y para nadie era un secreto que él era el back door man, el segundo al mando. Quitaba y ponía a los funcionarios del más alto nivel y así me lo dijo. Se preparaba para irse como diputado porque lo requería para llegar a la gubernatura, cantada enteramente en su favor. Eran los tiempos en que el tapado del PRI tenía asegurado el puesto.

Videgaray actúa ahora en la misma forma. Son los estilos del peñismo.

Ahora bien, con esto no quiero decir que el candidato será necesariamente Videgaray. Peña está tan obnubilado a estas alturas del partido que podría postular hasta a Aurelio Nuño, como lo sugiere Leo (del verbo “ler”) Zuckermann, aunque ello significara la debacle total del PRI.

Lo que digo es que no hay que descartar a Videgaray porque quizá fue él mismo, y no Peña, como se piensa, quien instruyó a Gamboa Patrón a dejarlo fuera de la lista, es decir, a salvaguardarlo del bullying mediático.

 

Lo que yo pienso es que el mejor candidato del PRI sería el ambivalente Meade. El híbrido prianista con capacidad para incomodar en un debate económico a cualquiera, al Bebé Anaya y al propio López Obrador. Capaz de atraer votos de priistas disciplinados y panistas rebeldes. Sin aparente cola que le pisen.

Pero la decisión seguirá siendo del gran elector, quien podría estar jugando con escenarios artificialmente construidos para dejar fuera de la maledicencia a su verdadero tapado. Al que sacrificó, junto con Alfredo del Mazo, en la elección para gobernador del Estado de México de hace seis años, para darle luz verde al chantajista Eruviel. Ya le cumplió a su primo, falta cumplirle a su back door man. Ya veremos.

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