jueves, noviembre 21

Priistas se debaten entre la angustia y la preocupación ¿pasarán al enojo?: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial

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En su segundo embate de precampaña, Peña se refiere a Anaya, no a AMLO

https://youtu.be/lVsOiNs89Zk

 

En su segunda intervención al hilo en la precampaña, el Presidente Enrique Peña volvió a arremeter contra la oposición, lo que revela que está seriamente preocupado porque su candidato José Antonio Meade ha sido superado por Ricardo Anaya en el segundo lugar de las preferencias y sigue a la baja, como lo confirma esta mañana el acreditado analista estadístico Roy Campos, en la mesa de Despierta (Televisa).

El Presidente, visiblemente angustiado, pidió ayer a los mexicanos no permitir que lo que parecería “un enojo extendido de algunos, nuble nuestra vista (respecto) de los avances y desarrollo que estamos teniendo” y que ello nos lleve a tomar “decisiones que nos hagan pasar del enojo, a la angustia y a la preocupación”.

Una forma de infundir miedo, argumentando que se podría tomar “la mala decisión” de votar por un muy enojado Ricardo Anaya que prácticamente rompió con la alianza tradicional del prianismo que ha permitido una alternancia fingida durante ya varios sexenios entre PRI y PAN. En su alocución del día anterior, Peña dirige su crítica de manera clara a la amnistía propuesta por López Obrador, al definir como traición a México dejar hacer y dejar pasar a los criminales. Perdonarlos. Pero en esta segunda reflexión electorera del Presidente, que todos interpretan como un nuevo dardo contra López Obrador, en realidad Peña podría estarse dirigiendo a quien ya superó a su candidato en el segundo lugar.

Si estoy en lo correcto, sería la primera vez en la historia de México que apenas en la precampaña presidencial el mandatario en turno reconozca que el candidato destapado por él esté peleando por el segundo puesto.

Peña se siente muy seguro de sí mismo en ambientes controlados por su Corte y el Estado Mayor Presidencial. Es un político de invernadero. Le han montado miles de costosos foros artificiales a lo largo de su gestión, donde pronuncia discursos sobre dos temas fundamentales: los grandes avances de su administración, logrados o por alcanzar gracias a las Reformas Estructurales, y su interminable homenaje al heroísmo de nuestras fuerzas armadas.

Pero cada vez que le gana el arrebato a don Enrique de salirse del guion, invariablemente mete la pata, como ayer cuando, sin corregirse a sí mismo, dijo que “debemos mantenirnos (sic) en un rumbo de desarrollo”, error menor de dicción pero que revela esa propensión a los actos fallidos del mandatario y su indeclinable voluntad de nunca rectificar. De no admitir jamás que puede equivocarse. Es el efecto insalvable del aplauso unánime que obnubila por completo a quien a diario lo recibe por parte de una Corte incondicional, incapaz de formular críticas. La estrella de esos escenarios ficticios suele perder el piso y endiosarse hasta extremos que rayan en el ridículo, como cuando el monarca se pasea desnudo frente a sus súbditos que elogian sus magníficas vestimentas imaginarias.

Los dinosaurios que arropan a Meade están empecinados en atacar al Peje, pero con argumentos que se les revierten de inmediato, como lo señala hasta Ciro Gómez Leyva esta mañana, sorprendido por la rapidez con la que el equipo de comunicación de AMLO responde al señalamiento presidencial, de un día para otro, con la publicación esta mañana de un video en el que Andrés Manuel López le recomienda a Peña serenarse, no calentarse y tomar un medicamento que se llama AMLODIPINO, que sirve para controlar la presión arterial alta -padecimiento que por cierto sufre López Obrador, como lo reconoció recientemente en un video-.

Ciro tiene que aclarar que él no está a favor ni en contra de ningún partido político, “sino todo lo contrario” ante la andanada de mensajes acusándolo de fungir como vocero de Meade, pues el elogio al equipo de comunicación del Peje fue planteado como una llamada de atención a los priistas para que se avispen, pero con un tipo como Aurelio Nuño al frente de la campaña ese llamado será como los que se hacen a misa.

De la nota de Proceso que republicamos aquí sobre el despilfarro multimillonario que hizo Nuño como secretario de Educación Pública, que revela con absoluta claridad su obsesión por ser el candidato presidencial, nos llama la atención el tipo de reporteros a los que favorecía. Dice textualmente la nota de la prestigiada revista:

“Durante su gestión en la SEP, Nuño privilegió a un selecto grupo de periodistas, entre ellos al conductor radiofónico Óscar Mario Beteta, quien facturó a la dependencia 2 millones 250 mil pesos, seguido por Adela Micha, quien cobró 1 millón 500 mil; Pablo Hiriart, 800 mil; Jorge Fernández Menéndez, 500 mil, y Ricardo Alemán, 203 mil”.

Así que ya puede darse usted una idea del tipo de comunicación social que promovería Nuño como Presidente de México. Nuestro más sincero deseo, pues, de que Meade se recupere y dé la batalla para que no lo sustituyan.

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