viernes, julio 26

El desabasto de gasolina en Edomex, ¿provocado por los huachicoleros de cuello blanco?: Por Jesús López Segura / La Versión no Oficial

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Un negocio de 200 millones al día no se combate sin poderosas resistencias

https://vimeo.com/310365418

El uno de diciembre, primer día del nuevo mandato federal, nos amanecimos en el Valle de Toluca con el panorama sorpresivo de varias gasolineras cerradas. Conociendo cómo se las gastan los priistas del Estado de México -que odian con saña nunca disimulada a Andrés Manuel López Obrador, desde hace décadas-, lo primero que pensé es que querían darle una bienvenida inspirada en la toma de pozos petroleros que caracterizó al tabasqueño en su juventud, estrategia de lucha política que irritaba sobremanera a sus críticos. ¿Qué mejor forma de desteñir los primeros días de su gobierno que provocando una escasez ficticia de gasolina, a efecto de desprestigiarlo políticamente y echar las bases para comparar su nuevo gobierno con el de Venezuela?

Se dice que “en el Valle de Toluca hay 170 estaciones de servicio de las cuales al menos 95 son propiedad de gente relacionada con la política, entre ellos el coordinador de los diputados federales priistas del Estado de México, Ernesto Nemer y la hermana y cuñado del también diputado, Luis Miranda. Pero hay muchos apellidos más conocidos por la gente, como los Muriño, del PAN o los Bautista del PRD“, reza un diario local del Valle de Toluca. Quizá la intención de esos gasolineros políticos mexiquenses, que controlan más de la mitad de las estaciones de servicio, se sumó accidentalmente a la acción de don Andrés para frenar de tajo el robo de combustibles de los huachicoleros de cuello blanco.

Así se formaría lo que Ricardo Raphael llama “una tormenta perfecta”, porque al natural desabasto derivado del cierre de algunos ductos importantes, como el de Salamanca-León, en Guanajuato, con el consecuente desabasto en varios estados del Occidente mexicano, se sumaría el sabotaje velado o abierto de políticos gasolineros mexiquenses muy ardidos por la forma en que don Andrés trató a su paisano y benefactor, Enrique Peña y a sus congéneres neoliberales, el día que asumió el poder en el Congreso lo que, con una pequeña ayuda del periodismo huachicolero que ejercen personajes como Ciro Gómez Leyva, podría acarrear un tsunami de desprestigio al lopezobradorismo, a un mes de su estancia en el poder.

El hecho de que Alfredo del Mazo sea prácticamente el único gobernador de los estados afectados por el desabasto de gasolina que no figura en medios nacionales para abogar por sus gobernados, como lo han hecho con viril prestancia los mandatarios de casi todas las demás entidades involucradas, podría revelar que Del Mazo efectivamente es un elemento decorativo al que jamás veremos expresarse sobre los grandes temas de interés nacional y de su estado, o francamente forma parte del sabotaje que gasolinerías propiedad de políticos prianistas perpetran intencionalmente en esta entidad para desprestigiar al nuevo gobierno.

Quien piense que un negocio de 200 millones de pesos diarios podría ser abandonado sin virulentos zarpazos de resistencia por parte de la mafia que lo realizaba, la cual incluye seguramente a ex altísimos funcionarios de las administraciones pasadas, no tiene la menor idea de lo que se avecina en un país que lucha a muerte contra intereses de una burocracia criminal que no tuvo empacho en desatar una guerra contra la población mexicana -disfrazada de “guerra contra el narco“- la cual costó cientos de miles de asesinatos, millones de desplazados y desaparecidos, y un saqueo desde varios frentes que no se había visto en el país desde la época de la colonia.

“La mafia del poder” -como acertadamente la ha llamado siempre don Andrés– finalmente muestra los dientes. Exhibe su descompuesto rostro. No le importa el sufrimiento de millones de personas que ven amenazados sus estudios o su chamba por la imposibilidad de transportarse. Le importa un bledo la posibilidad de desabasto de alimentos y carestía sumada a la cuesta de enero. Si fueron absolutamente indiferentes ante la masacre cotidiana que provocaron con su estúpida y contraproducente guerra, mucho menos se van a condoler por el desabasto de gasolina.

Los periodistas de los medios hegemónicos que encubrieron durante décadas el saqueo del que los mexicanos fuimos víctimas, están felices. Hay que ver al malencarado Ciro Gómez Leyva muy gozoso haciendo chistes esta mañana sobre la crisis de la gasolina: ¿”Cómo va tu tanque va a ser el nuevo saludo entre los mexicanos?”, decía a su lacayo Feregrino, el mismo que justificó durante las vacaciones el asesinato de un tipo que ya había liberado a la rehén que amenazaba con un cuchillo y que fue masacrado con disparos absolutamente innecesarios de varios policías municipales de Jalisco. El evento fue transmitido en vivo por una televisora local y Feregrino se indignó cuando escuchó el reporte de que los policías asesinos iban a ser investigados: “Ahora resulta que los van a investigar por hacer su trabajo”, espetó emulando a su jefe -que ha defendido con vehemencia ejecuciones sumarias perpetradas por soldados-.

No Manuel Feregrino. El trabajo de los policías no es masacrar en plena a calle a presuntos criminales ya prácticamente sometidos. No seas fascista. No uses un medio concesionado de comunicación para difundir tu ideología Ku Klux Klan.

El periodismo huachicolero de Gómez Leyva lo llevó anoche a ofrecer durante los primeros 21 minutos de su noticiario nocturno, escenas del descontento de la gente en gasolineras de la Ciudad de México y testimonios como el de un señor que espeta ante la cámara de Imagen TV: “¿No que no nos íbamos a parecer a Venezuela? ¡Gracias Peje!”. Y en su noticiario “Por la Mañana” de Telefórmula, otro ciudadano incita a la población a deponer del puesto al Presidente López Obrador.

Ciro no ha hecho un solo comentario, desde que regresó de vacaciones, que revele indignación por el atraco institucional de las gasolinas al amparo del poder en varias administraciones anteriores, pero recibe con júbilo la llamada del vocero de López Obrador, Jesús Ramírez, a quien le saca la promesa de que para el fin de semana estará normalizado el abasto de gasolina en la Ciudad de México -aseveración por cierto desmentida en la mañana por el propio Presidente porque “no quiere dar pie a nuevos ataques de sus detractores”.

Feliz por la llamada de Ramírez, Gómez Leyva protagoniza un sketch con su insufrible analista David Páramo donde simula un intento de contener las rabiosas declaraciones de este ridículo “Padre del Análisis Superior”, en contra del gobierno. Pero jamás enfatiza el hecho de que las menos de 30 gasolineras sobre las que basa su reportaje inicial de 21 minutos, constituyen solo el 7% del total de estaciones de servicio de la Ciudad de México.

Las clases media y alta son las más afectadas por el desabasto gasolinero de estos primeros días que, de mantenerse, terminará afectando a toda la población. A López Obrador no parece preocuparle demasiado el descontento y ruidosa molestia de estas clases media y alta manifiesta en los medios que ellos controlan. Pareciera que don Andrés antepone los intereses de los pobres, los que no tienen automóvil y de la Nación, afectada en su conjunto por el atraco masivo de nuestros combustibles. Se muestra dispuesto a sacrificar una buena parte del capital político proveniente de los automovilistas, en pos de un fin superior. Ojalá no se pase de tueste.

Reza un ingenioso meme viralizado en redes sociales, lo siguiente:

“En un edificio de departamentos hay gente robando agua de tu tinaco por décadas, así que se cierran las tuberías para detectar las fugas y corregirlas. Pues el nivel de estupidez en el país es tan grande, que hay algunos más molestos con el fontanero que está trabajando para ahorrarles un dineral, que con los bandidos que les robaron por años.
¿¡Ya ven como si están bien pendejos!?”

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