martes, diciembre 3

El PAN busca recuperarse y moviliza en redes una vieja agenda: la de grupos religiosos. Por Jesús López Segura / LA VERSIÓN NO OFICIAL

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Pero el PRI con Alfredo del Mazo no canta mal las rancheras

El Partido Acción Nacional impulsa desde las redes sociales dos agendas políticas: por un lado, busca consolidarse como oposición a la Cuarta Transformación y, por el otro, moviliza una agenda continental en la que participan organizaciones, partidos y actores de diversos países latinoamericanos para dar apoyo a iniciativas conservadoras que proceden de la corriente demócrata cristiana, en la que el credo y la política convergen, señala Ivonne Ojeda de la Torre, en un artículo de SinEmbargo.

Lejos de los reflectores mediáticos locales, los panistas llevan una campaña en plataformas como Twitter para apoyar iniciativas y grupos de derecha, ultraderecha y de orientación católica en países como Venezuela y Bolivia, de acuerdo con una revisión realizada por la Unidad de Metadatos de SinEmbargo.

El PAN atiende estas campañas con énfasis y cuidado similar al de su agenda local, ya que el partido pertenece a redes de agrupaciones político-católicas de carácter global. A través de la cuenta @AsuntosIntl_PAN, la Secretaría de Asuntos Internacionales del partido, presidida por Mariana Gómez del Campo (autora de la famosa frase: “la caca flota”), el PAN realiza pronunciamientos constantes en donde prevalece esta agenda política que integran diversos partidos de derecha latinoamericanos y que apoya acciones enfocadas a derrocar gobiernos de izquierda.

El viernes, a través de sus cuentas en redes sociales, el PAN emitió un comunicado oficial en el que dio su respaldo a Jeanine Áñez Chávez, autoproclamada presidenta interina de Bolivia, luego que Evo Morales presentó su renuncia, condicionada por la presión de un grupo de ultraderecha religiosa, el Comité Cívico Pro Santa Cruz, de corte ultrareligioso y las fuerzas conservadoras de aquel país.

Mientras tanto, en Toluca, Alfredo del Mazo Maza, gobernador del último reducto del prianismo más descarado de la República Mexicana, celebraba la unción papal del arzobispo de la nueva arquidiócesis, Francisco Chavolla Ramos, abandonado por completo a los rituales litúrgicos de esa congregación religiosa mayoritaria y torturando los postulados en materia de laicidad del Estado mexicano… y mexiquense, para beneplácito de la derecha católica que celebra, por estos días, no un aniversario más de la Revolución Mexicana, sino el golpe de Estado contra el primer presidente indígena de la región, Evo Morales, o “Morales” a secas, como le dice un “periodista” racista de la BBC, Gerardo Lissardy.

La nueva Arquidiócesis de Toluca, conformada por las diócesis de Cuernavaca, Atlacomulco y Tenancingo, cuenta con una superficie de 6 mil 621 kilómetros cuadrados y con una población total de 2 millones 709 mil habitantes, de los cuáles el 85% son católicos. Además, está conformada por 31 municipios, 230 presbíteros diocesanos y 50 presbíteros religiosos, es decir, 280 presbíteros y 424 religiosas (según nota festiva y persignada de El Sol de Toluca). Todo un ejército electoral al servicio del regreso a la situación que prevalecía antes de la guerra de Reforma, es decir, de la segunda gran transformación nacional.

El secreto de la permanencia casi secular del PRI en el poder en el Estado de México radica en su gran capacidad de confabulación con la ultraderecha para imponer, por cualquier medio, incluso fraudes electorales de ser necesario, a personajes tan impresentables como Eruviel Ávila, político desvergonzado que pudo congeniar la hipocresía de sus golpes de pecho “cristianos” con las denuncias bien fincadas de prácticas de perversidad sexual y probable pederastia en orgifiestas organizadas con el ex especulador financiero y ex obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, denuncias presentadas por el periodista Humberto Padgett que le valieron demandas y persecución por cuenta del Grupo Atlacomulco.

El rechazo irracional y exacerbado contra Evo Morales recuerda los modos típicos del racismo en la opresión colonial española contra los indígenas originarios; y la reunión de ayer del Gobernador Del Mazo con el nuevo arzobispo Chavolla, las formas de dominación medieval en las que la Iglesia Católica imponía a dinastías de gobernantes como la que representa Alfredo del Mazo Tercero.

Sus estrepitosas derrotas electorales no les dejan otra alternativa que encomendarse a Dios.

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